El avión de Vueling con destino a Barcelona que el pasado viernes tenía que haber salido del Aeropuerto de Asturias a las 19.30 horas acumuló tantas horas de retraso que llegó a la capital catalana a las 2.30 de la madrugada. La aeronave iba prácticamente llena y a los viajeros se les sirvió "una sopa" mientras esperaban, según explicó uno de ellos.

También relató que, según les habían comunicado de la compañía, el retraso se produjo porque el avión que tenía que aterrizar en Asturias procedente de Londres para embarcar a los pasajeros y partir hacia Barcelona sufrió una avería en la capital londinense, lo que obligó a Vueling a enviar una aeronave desde otro de sus destinos hasta el Principado para que luego continuara hasta la capital catalana.

Vueling registró numerosos problemas el pasado verano al programar una cantidad ingente de vuelos internacionales con muy poco margen de tiempo entre unas escalas y otras, lo que provocó numerosos retrasos en la mayoría de sus destinos. En algunas ocasiones incluso llegaron a faltar maletas porque no daba tiempo a descargarlas de las bodegas, según habían denunciado algunos de los usuarios. La compañía se había comprometido a dar una solución para la próxima temporada estival.