Un colegio concertado asturiano, el Inmaculada, de Oviedo, verá aumentado su concierto educativo con una clase más en tercer curso de Primaria "debido a la progresión de matrícula". Ha sido una novedad en la propuesta provisional publicada ayer por la Consejería de Educación y que incluye las 32 aulas que pierden la ayuda pública en Infantil, Primaria, Secundaria y Formación Profesional, más dos unidades que pierde la Fundación Laboral de la Construcción, que también es incluida en la lista. En total, 34 clases.

Los recortes afectan a 23 centros. Sorprende la criba al colegio San José, de Sotrondio, que pierde una unidad en Infantil, tres unidades en Primaria y una en la ESO. El colegio San Antonio, de Langreo, pierde dos unidades en Primaria y una en la ESO. Los centros educativos de las cuencas son los que más notan la reducción de conciertos que, en todo caso, no es definitiva.

Los colegios tienen ahora diez días para presentar alegaciones. Fuentes sindicales dan por hecho que la inmensa mayoría lo van a hacer. Antes de fin de mes Educación emitirá la resolución definitiva.

La Consejería incluyó en su notificación, colgada a primera hora de la tarde de ayer en el portal Educastur, una lista con trece "excepciones" que se libraron de más recortes por determinadas singularidades, aun a pesar de no cumplir la ratio media exigida. La principal, la previsión de que "en un plazo no superior a la mitad de la duración del mismo, alcancen la relación media alumnos/profesor requerida".

Entre los colegios que pierden unidades pero que entran en la lista de "excepciones" (es decir, que podrían haber visto recortadas más unidades) están el Nazaret, la Sagrada Familia y el Santo Ángel de la Guarda, en Oviedo; y el Principado y San Nicolás, de Avilés, además del "José García Fernández" de Valdés, y el San Rafael, de Villaviciosa.

Mantienen sus conciertos los colegios de Fomento de Centros de Enseñanza (Los Robles -Llanera- y Peñamayor -Siero-), los únicos en Asturias que mantienen el criterio de enseñanza separada por sexos. El Principado reconoce que el colegio femenino Peñamayor no cumple la ratio media exigida en su concejo en la etapa de la ESO, pero que sí puede cumplirla a corto plazo.

Para la Consejería de Educación se propone una renovación de concierto "con el número de unidades suficientes para garantizar la escolarización y el derecho a la libre elección entre los centros públicos y los privados concertados".

El sindicato mayoritario de profesores de la enseñanza concertada, Otecas, ya anunció la presentación de un recurso contencioso administrativo al no estar de acuerdo con los criterios para el cálculo de ratios. El Principado lo realizó a partir de la relación entre número de alumnos y aula, sin tener en cuenta el número de profesores. Con esa tercera variante en juego los profesores de la concertada estiman que "se salvarían de los recortes la mayoría de los colegios". La concertada lleva años reclamando un nuevo acuerdo de plantillas. Según el sector, el número de profesores de la privada concertada es en Asturias el más bajo de España en relación con el número de aulas y de alumnos.

Las ratios por concejos publicadas en el BOPA el pasado día 10 de marzo son, en general, algo mayores para la concertada que para la pública. Las más altas se exigen en Oviedo y Gijón (22 niños por aula en Primaria), pero las cuencas se han resentido de esas ratios que para Langreo, Laviana y Lena llegan a los 17 alumnos por aula; en Mieres se quedan en 16, y en San Martín del Rey Aurelio se reducen a 15. Aún así, demasiado en un entorno de desplome demográfico galopante.

Hay en la propuesta de Consejería dos cuestiones menores, cambios de unidades por transformación, en entornos de educación especial. El colegio Edes de Tapia de Casariego transforma una unidad de Transición a la Vida Adulta en dos unidades de EBO, las siglas de la Educación Básica Obligatoria. Por su parte la Fundación Vinjoy, de Oviedo, transforma una de esas unidades EBO en tres unidades de apoyo.

Como ya se había anunciado es en la etapa de Infantil donde los recortes se hacen más evidentes. Casi la mitad de las aulas que pierden concierto y que dejarán de ser sostenidas con fondos públicos afectan a esa etapa educativa que escolariza a niños de tres a seis años. Educación insiste en los criterios demográficos y en el bajón estadístico de la natalidad que se viene produciendo desde el año 2012. Las desestimaciones de las solicitudes de ampliación del concierto educativo se justifica porque "no son unidades necesarias para satisfacer necesidades de escolarización".

Es preciso explicar los efectos sobre el terreno de la reducción de unidades concertadas. Se entiende mejor por el número de alumnos. Un colegio con línea 3 en Infantil en Avilés, por ejemplo, requiere una matrícula de 51 niños, el resultante de multiplicar por tres la ratio media requerida para el concejo, que en este caso es de 17 alumnos por aula.

Si al colegio se le resta el concierto y pasa a ser de línea 2 puede jugar con las unidades mixtas, siempre que no se rebasen las ratios máximas por aula, y escolarizar a alrededor de 46 niños en dos aulas. Por ejemplo, un aula para niños de tres años, y otra aula para niños de cuatro y cinco años.