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EMMANUEL PONCHON | Profesor de idiomas, introductor en Asturias del método Eduscrum

"Si el alumno no encuentra interés por lo que estudia, estamos perdiendo el tiempo"

"Todos tenemos capacidad para los idiomas; todos somos inteligentes pero de forma distinta, y cada cual tiene su calendario de aprendizaje"

Emmanuel Ponchon, junto a uno de los tableros que se utilizan para señalar las tareas requeridas y los progresos alcanzados con el método Eduscrum. LUISMA MURIAS

- ¿Por qué se nos dan tan mal los idiomas en este país?

-Necesitamos cambiar el método de aprendizaje en la escuela, con sistemas educativos muy centrados en superar los exámenes y poco en los alumnos. Pero tenemos que partir de una base: cualquier persona puede aprender un idioma, venimos programados para hacerlo. ¿Habla usted español? Pues ahí está la prueba.

Emmanuel Ponchon proviene de la región francesa del Loira, Estudió en la Universidad de Angers, y pasó académica y profesionalmente por Seatle (Estados Unidos), Londres y Madrid antes de recalar en Asturias en el año 2004. Vive en Oviedo, es profesor de idiomas del Colegio Inglés de Asturias (Llanera) y un teórico del aprendizaje de lenguas extranjeras. Ponchon es el introductor en España del método Eduscrum, promovido en los Países Bajos por el profesor de Química Willy Wijnands, que tiene previsto visitar Asturias en julio para observar de cerca el proyecto.

- Hay gente con don para los idiomas y otros que no lo tendrán nunca. Eso va mucho más allá del método escolar.

-Claro. Yo creo en la teoría de las inteligencias múltiples aplicada a la educación. Todos somos inteligentes pero de forma distinta, también aprendemos de distinta forma y, por supuesto, cada cual tiene su propio calendario de aprendizaje.

- ¿Cómo mejorar el interés del alumno?

-Lo primero que hay que conseguir es confianza. De aquí parte todo. Es interesante que todos nos hagamos la siguiente pregunta: para qué quiero yo aprender esta lengua extranjera. ¿Para superar una evaluación? Vale. Pero el interés será mayor si interiorizamos que queremos aprender para vivir mejor y crecer personalmente. Con estas premisas podemos luchar contra el bloqueo psicológico de muchas personas. El "no puedo, no puedo".

- ¿Disponer de un idioma materno tan potente como el español nos perjudica?

-Hay mucho mito en torno a los idiomas. Todos los idiomas son difíciles y requieren abrir nuestra mente. Superar barreras psicológicas requiere esfuerzo e interés y nunca hay un solo método para conseguirlo. Es importante asumir que detrás de cada idioma hay una cultura, y cuanto más sepamos de esa cultura, mejor. Recuerdo una alumna a la que le costaba la asignatura de Francés. Un día me enteré de que tenía pasión por París, y eso significó un antes y un después en su nivel de aprendizaje, ya que partimos de ese interés. Hay que responder a la diversidad con diversidad metodológica.

- ¿Cómo explicar sus métodos pedagógicos?

-Uno de ellos es el Eduscrum que nació en Holanda y es una metodología docente que permite a los alumnos autoorganizarse a través del trabajo en equipo y con una planificación de objetivos plasmada en unos tableros donde se ve, entre varios parámetros, el progreso de las tareas. Los profesores les proporcionamos las herramientas pero tienen que ser los alumnos los arquitectos de su propio proceso de aprendizaje. No están solos, pero las propuestas y decisiones son de ellos.

- ¿Y qué se consigue?

-Cuando el niño o adolescente encuentra un entorno de seguridad aprende solo, y ves maravillas. El juego es fundamental; y el arte. Se trata de sacar partido a experiencias relacionadas con vídeo, teatro, música, juegos de rol o cómic. Yo suelo decir que el aprendizaje tiene mucho que ver con la cocina. Lo primero que necesitas es conocer los ingredientes; después, cómo combinarlos. Más tarde, ponerte a cocinar, solo o en equipo. Si sabemos que los métodos convencionales funcionan mal en el aprendizaje de idiomas no queda otro remedio que innovar y adaptarse una y otra vez a nuestros alumnos. Si queremos que aprendan, tienen que disfrutar. Si no encuentran interés por lo que estudian estamos perdiendo el tiempo.

- ¿El papel del profesor?

-Hay que estar ahí para acompañarles. Para comprobar el nivel de cada uno de los grupos y que no se pierda la idea de proyecto colaborativo. Pongo el ejemplo de la superficie marina. Habrá grupos que se mantengan a flote sin problema y habrá otros que quizá queden al principio por debajo de la línea de flotación y necesiten un impulso para sacar la cabeza. Se trata de intervenir cuando sea necesario. El profesor tiene que estar dispuesto a soltar parte del control de la clase. Si no se tiene confianza en los alumnos, mejor noutilizar un método como Eduscrum.

- Habrá grupos imposibles...

-Nunca me he encontrado con ninguno. Hay que detectar los talentos innatos y los intereses personales de cada uno de ellos, y eso sirve de punto de partida. El reto es que cada alumno se sienta único y que sienta además que está jugando un papel importante en ese proceso de aprendizaje de una lengua extranjera.

- ¿Cuántos idiomas habla?

-Soy francés, hablo inglés, español y chino mandarín, y pongo en práctica un método educativo que nació en Holanda. Y vivo en Asturias. Hablar bien un idioma requiere, entre otras muchas cosas, adaptarse a todos los registros, y eso requiere todo un proceso. A mí me costó mucho hacerlo a la utilización tan frecuente del tuteo que hay en España.

- ¿El chino?

-Comencé a estudiarlo en la Universidad durante un par de años. Luego lo retomé por mi cuenta. Doy clases de Francés y Chino Mandarín en el Colegio Inglés de Asturias. Cuando empecé a enseñar me hice la siguiente pregunta: ¿Qué es lo que no me gustaba de mis profesores? Pues eso que no me gustaba es lo que yo no tengo que hacer con mis alumnos.

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