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Las Cuencas: la pujanza de los centros religiosos en el bastión de la izquierda

El paternalismo industrial favoreció la fuerte implantación de las órdenes católicas en el desarrollo de la enseñanza de la zona

La fuerte implantación de colegios concertados en las Cuencas viene de lejos. Puede resultar paradójico que, en unos territorios que tradicionalmente han sido de izquierdas y tienen un espíritu obrero tan arraigado, la presencia de los centros religiosos sea tan destacada. Sin embargo, fue precisamente esa pujanza industrial el factor determinante que atrajo a los valles mineros, desde finales del siglo XIX, a las congregaciones católicas dedicadas a la enseñanza, mediante la intermediación de las grandes compañías mineras y siderúrgicas. Estos empresarios ejercía su paternalismo industrial facilitando la formación de los hijos de los obreros y garantizando el relevo en las fábricas.

"A los empresarios les interesaba tener una futura mano de obra cualificada y formar a la gente no sólo para que supieran leer y escribir, sino para que adquirieran conocimientos más técnicos como dibujar o hacer planos", explica el historiador Francisco Palacios, que añade: "La escuela que Pedro Duro montó en 1869 en la propia fábrica era una de las más importantes de la época y posteriormente la compañía favoreció la implantación de las escuelas de La Salle. También llegaron la Dominicas para encargarse de la educación femenina y otras órdenes, amparadas por las grandes empresas, que iban por delante del Estado en lo referente al desarrollo de la enseñanza en las Cuencas".

En una línea similar se expresa el también historiador Ernesto Burgos. "La industrialización atrajo a las cuencas del Nalón y del Caudal un aluvión de familias, animadas por la demanda de trabajadores, que llegaron desde otras regiones multiplicando la población infantil. Pronto se vio la necesidad de abordar la escolarización de todos estos centenares de niños y niñas que debían heredar el trabajo de sus padres en galerías y hornos", aseguró.

Para Burgos, las grandes compañías buscaban controlar la enseñanza para "mantener el orden social y mantener su posición de privilegio". "En aquel momento la orientación educativa dependía de la Universidad y de sus rectores, algunos de los cuales seguían los postulados laicos de la Institución Libre de Enseñanza. Esta situación era contraria a los intereses de los patronos; contactaron con las órdenes religiosas, que no dudaron en desplazarse a las Cuencas si se les proporcionaban los recursos necesarios".

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