Noticia publicada en la edición impresa del 12 de abril de 2014

Los asturianos tienen genes africanos distintos a los que, hasta la fecha, se han encontrado en el resto de la población mundial. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el investigador ovetense Antonio Fernández Pardiñas en su trabajo, desarrollado en la Universidad de Oviedo bajo la dirección de las profesoras Eva García Vázquez y Belén López Martínez. Este linaje (secuencia genética), llamado "L3flb6" y que llegó a la región hace 10.000 años a través de las oleadas migratorias de poblaciones procedentes de África, ha logrado conservarse en el ADN de algunos asturianos gracias al aislamiento orográfico de la región, que impidió que esta huella genética se diluyera con el paso del tiempo.

El aislamiento de muchos de los núcleos de la región impidió a la población de entonces mezclarse con otros movimientos migratorios y facilitó el mantenimiento de esta fórmula que, según los investigadores, tiene una "buena frecuencia" en Asturias. El estudio se basa en el análisis del ADN de 486 asturianos repartidos por 61 concejos. De ellos, en cinco casos se descubrió este linaje africano, que no se ha detectado en otras poblaciones hasta la fecha, lo que supone una proporción de más del 1%. Un porcentaje que, dicen los investigadores, "ya se considera representativo para cualquier variable".

"¿Qué quiere decir que los asturianos tengan un linaje africano? ¿Que una parte de la población asturiana es africana? No, claro que no. Esas personas son exactamente igual que cualquier otro asturiano. Pero sí tienen antepasados remotos que eran africanos", explica la antropóloga Belén López Martínez.

Las cinco muestras pertenecen a personas procedentes de distintos concejos de la región, entre ellos Llanes, Oviedo y Mieres. Sus casos son, hasta el momento, únicos en el mundo, con la excepción de un precedente similar que fue descubierto hace poco en León "de forma casual, sin la frecuencia que tenemos en Asturias". "La muestra encontrada aquí tiene unas mutaciones que son especiales y que no han sido descritas todavía en el mundo. Sí que existen muestras parecidas, pero ninguna igual. La terminación 'b6' no es conocida. No quiere decir que no haya, pero sí que por el momento no se han encontrado", señaló López. "El hecho de haber encontrado en un territorio pequeño muestras así es muy interesante y abre una puerta para futuras investigaciones", agrega Eva García, catedrática de Genética de la Universidad de Oviedo.

La secuencia encontrada hace pensar a los investigadores que se trata de linajes que llegaron hace 10.000 años, en el inicio del Neolítico, y que remite a oleadas de poblaciones que seguramente entraron por el Estrecho de Gibraltar y que fueron avanzado por la Península Ibérica con el paso de los siglos hasta llegar a Asturias.

Este tipo de estudios, sostienen los investigadores, se realizaron también en otras partes de España como País Vasco, Casilla y León, Andalucía o Cataluña. En todas estas zonas se encontraron linajes africanos, pero no del tipo que se halló en la región. Para su descubrimiento, Antonio Fernández Pardiñas se ha basado en el estudio del ADN mitocondrial (marcador genético transmitido por la madre) y del cromosona Y (marcador genético transmitido por el padre). Los investigadores se llegaron a recorrer Asturias solicitando muestras de ADN a todas las personas que tuvieran abuelos y abuelas asturianas. Las pruebas consistieron en frotar con un bastoncillo parte de la boca de cada persona para extraer mucosa bucal y algo de saliva, a partir de la cual se recogió el ADN. "Nos importaba material de hace dos generaciones", explica Antonio Fernández desde Cardiff (Gales), adonde tuvo que emigrar para trabajar tras finalizar la investigación y no encontrar empleo en España. Este descubrimiento, una de las conclusiones del estudio, será próximamente publicado con más profundidad en una revista científica.