Un padre de familia con tres niños llama a las puertas de Cáritas. Acaba de expirar su prestación por desempleo de 400 euros y los ingresos mensuales de su hogar han menguado a 300. Llega desesperado porque necesita que se le revise el salario social y este lunes le advirtieron de que el trámite consumirá "al menos" 18 meses. Mari Luz Baeza, secretaria general de Cáritas Asturias, pone el caso como ejemplo de la nueva pobreza que sufre por el retraso de la administración. También es un supuesto práctico de la "angustia" cotidiana que permanece aunque en 2016 los números de la pobreza hayan retrocedido en Asturias hasta la cota mínima desde el comienzo de la crisis. A la ONG de la Iglesia se agarraron 5.991 familias, 20.553 personas, bajando a medida que la percepción colectiva tal vez nota que va pasando lo peor y vuelve, observan con preocupación, la "invisibilidad" de los necesitados.

Cáritas presentó ayer el resumen de su actividad en 2016 lamentando que les sigan llegando los efectos de "la demora en la gestión del salario social", pidiendo "agilidad" al Principado sobre todo cuando "se ve necesario volver a solicitarlo" y festejando, eso sí, el aumento de plantilla con el que la Consejería prevé atajar los retrasos en las revisiones de expedientes. Venía Baeza de reconocer que en general en los últimos años se han acelerado los trámites, pero también que todavía en 2016 en cerca de uno de cada diez hogares auxiliados, en 519 de los casi 6.000 del total había alguien pendiente de la revisión de la prestación de emergencia del Principado.

Por primera vez desde que asomó la crisis, en un año pasaron por Cáritas menos de 6.000 familias. El descenso, del doce por ciento, es el cuarto consecutivo, consolida la tendencia a la baja de una cifra que llegó a rondar las 9.000 unidades familiares auxiliadas en un año y deja el total en lo más bajo desde 2008. Pero esto no es sólo una cuenta numérica, aclarará el director de la institución. "En estos números está la vida de muchas personas", alerta Ignacio Alonso, que destaca que aún hay 1.857 familias que en 2016 pidieron ayuda por primera vez y que por detrás de los ignorados, de los excluidos, se manifiesta la "invisibilidad" de la pobreza que ellos perciben en sus ingresos y en un preocupante "descenso progresivo de socios y donantes". Los recursos invertidos bajaron a 7,8 millones de euros, la cota más baja desde 2012, una cifra en la que donantes y colectas aportaron cerca de 7 de cada 10 euros.

La radiografía de la necesidad y la exclusión social "dibuja una realidad polifacética", resume Alonso, en la que pese a la disminución de la cifra global las carencias tienden a alargarse -1.355 familias llevan en Cáritas desde 2014- y la pobreza muta. Diseccionado el número de familias atendidas, Baeza encuentra 746 que "no perciben ninguna prestación pública" y da fe de los efectos del empleo "precario": de las casi 6.000, 457 tenían a al menos "uno de sus miembros trabajando". La sociedad ha dado "algunos pasos", pero quedan aún "déficits importantes", resume. "La pobreza sigue ahí, aunque ya no salga en los telediarios".

Si en la organización dicen que la necesidad se ha "diversificado", es porque la "cronificación de la pobreza" hacen que ya no sean sólo las necesidades más básicas las que reclaman respaldo. No sólo piden ya casa y sustento. En 2016 retrocedieron las ayudas a la alimentación, pero creció el auxilio medio por familia, hasta 330 euros, y las demandas de asistencia cada vez se refieren más a la salud, la formación, la gestión de documentos? En la parte que compete a la administración, Ignacio Alonso pediría "más recursos" por ejemplo en la atención a los sin techo, en la conciencia de que iniciativas como el "housing first" (la casa primero), de vivienda tutelada, "podrían ser una solución, pero hay quien requiere una atención más directa", más que casa.

Respecto a la agilidad en la llegada de los fondos públicos, Alonso acepta que "la Intervención se ha puesto muy estricta, los pagos llegan a fin de año y se mira minuciosamente el dinero público. Eso es bueno, aunque se nos demore el ingreso".