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YURI KORCHAGUIN | Embajador de Rusia en España

"Apoyamos a El Asad porque fue elegido por el pueblo"

"El presidente sirio es el único en su territorio que lucha contra el terrorismo internacional"

El embajador Korchaguin. DIEGO BISQUERRA

Abrumado por las muestras de cariño recibidas de los españoles tras los recientes atentados en el metro de San Petersburgo, Yuri Korchaguin (Vorónezh, 1950), embajador de Rusia en España, hace encaje de bolillos para tratar de explicar cómo los rusos se sacudieron del yugo comunista para tratar de sustituirlo por una suerte de democracia instalada en el libre mercado sin abjurar por ello de Stalin y Lenin. Con la lección oficial bien aprendida, el embajador responde a las preguntas de Epipress en un español perfecto tras cinco años al frente de la legación rusa de Madrid y después de haber desarrollado su carrera diplomática en otros países de habla hispana como Argentina, Colombia y Paraguay. Amante de la gastronomía mediterránea y de los cascos históricos de las ciudades españolas, Korchaguin no puede contener la risa cuando se refiere a las supuestas injerencias del Kremlin en las elecciones estadounidenses para llevar a Trump a la Casa Blanca. Son para él "fantasías" porque de haber podido influir en esa elección habrían sentado en Washington a un comunista, bromea, al tiempo que eleva a los altares al presidente Vladimir Putin. En la sede de la legación rusa de la calle Velázquez, de Madrid, Korchaguin, un voraz lector de los libros de Arturo Pérez-Reverte, no se muerde la lengua al criticar a la "obsoleta" OTAN o "la falta de miras" de la UE, que ha impuesto duras sanciones a Rusia tras el conflicto de Crimea. Esas sanciones, recalca, ya le cuestan a España pérdidas por valor de 785 millones de euros. Rusia, con una extensión de más de 17 millones de kilómetros cuadrados repartidos en dos continentes y once husos horarios, 143 millones de habitantes y más de un centenar de lenguas y dialectos, comienza a sentir cierta nostalgia de la antigua URSS, que desapareció de la noche a la mañana en 1991.

-Señor embajador, ¿cómo interpreta usted el cambio radical de Trump al exigir la marcha de El Asad tras responder Estados Unidos con un ataque con misiles a una base militar siria por la utilización por parte del régimen de armas químicas contra civiles que han provocado una indignación mundial al contemplar las terribles fotos de niños en estado de agonía como consecuencia de la despiadada acción atribuida al Gobier no?

-Putin y Lavrov, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, ya se han reunido en Moscú con el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, para entre otras cosas pedir explicaciones por este ataque al aeródromo sirio. Lo fundamental para nosotros es crear un frente común en la lucha contra el terrorismo internacional y en lo que se refiere al supuesto uso de las armas químicas recientemente en Siria, encontrar las pruebas concluyentes de quién fue el autor de aquel ataque.

-Ese ataque ha provocado el primer choque entre Trump y Putin, firme defensor junto con Irán del presidente sirio. ¿Qué ocurrirá si se producen nuevos ataques norteamericanos contra el régimen sirio ante las amenazas del centro de mando de los aliados de El Asad?

-Insisto en que primero hay que investigar si es cierto o no que el régimen sirio ha usado armas químicas. Primero se investiga y después se castiga, no al revés. La comunidad internacional verificó que se habían eliminado todas las armas químicas en los territorios que controla el Gobierno de Damasco. Sólo quedan un par de reservas de armas químicas, pero en la zona que está bajo el mando radical rebelde.

-Las autopsias efectuadas en Turquía han demostrado que los fallecimientos fueron producidos por agentes químicos y el secretario general de la ONU António Guterres se ha referido a la utilización del gas sarín como "un crimen de guerra".

-El uso de armas químicas está prohibido y es, efectivamente, considerado un crimen de guerra. Está claro que cuando se demuestre quién es el autor del empleo de ese tipo de armas habrá que culparlo y posteriormente castigarlo, pero primero, insisto, hay que investigarlo.

-¿Por qué no ha aceptado Rusia el borrador de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condena el ataque con armas químicas en Idlib y se ha decantado por culpar de ese acto de barbarie a los rebeldes sirios?

-Porque nos recuerda mucho a otra sesión del Consejo de Seguridad de hace 14 años en el que uno de sus miembros sacó un frasquito para demostrar la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. Pasaron los años y uno de los impulsores de esa guerra, Tony Blair, entonó el mea culpa y reconoció que esa intervención fue un error. No repitamos los mismos errores.

-Pero, ¿por qué apoyan ustedes a Bashar El Asad en ese confuso conflicto surgido por la rebelión interna contra el presidente sirio respaldada entre otros por turcos, kurdos y norteamericanos, conflicto que dificulta acabar con el Estado Islámico?

-Porque es un Gobierno legítimo cuyo presidente ha sido elegido por su pueblo. El Gobierno de El Asad es el único que está luchando en su territorio contra el terrorismo internacional que amenaza la seguridad de todos.

-A Rusia le acaba de tocar con el atentado de San Petersburgo convertirse también en blanco del terrorismo islamista.

-No es que nos ha tocado ahora, Rusia desde hace años es un blanco del terrorismo internacional. Hemos sufrido terribles atentados y, lamentablemente, sabemos muy bien qué es una amenaza terrorista.

-¿Cómo habría que abordarse la lucha global contra el Estado Islámico?

-Con un esfuerzo mancomunado. El ataque de Estados Unidos al aeródromo sirio sólo beneficia a los terroristas radicales. Es una agresión contra un Estado soberano que viola el derecho internacional y refuerza a los terroristas. Tenemos que crear un frente común para luchar contra los fanáticos que se refuerzan si cada uno va por su lado.

-Embajador, ustedes niegan cualquier vinculación con la campaña electoral de Trump, pero debido a las sospechas existentes sobre la supuesta implicación de una trama rusa, en menos de dos meses se ha visto obligado a dimitir Michael Flynn, consejero de Seguridad, ha tenido problemas Jeff Sessions, fiscal general, y han llamado a declarar ante el Senado al yerno de Trump, Jared Kushner.

-¿Y qué culpa tenemos nosotros de todo eso?

-El director del FBI, James Comey, declaró que llevan investigando la posible implicación de Rusia en la campaña electoral norteamericana desde julio de 2016.

-Todas esas fantasías las inventa la clase política perdedora, incapaz de asumir que ha perdido porque sus electores les han dado la espalda. A Hillary Clinton la derrotaron los estadounidenses, no los rusos.

-No me niegue que si Rusia hubiese influido en la elección del actual presidente de los Estados Unidos habría dado un golpe maestro...

-En Rusia no campan fuerzas oscuras que deciden la suerte de los países. Los electores deberían sentirse humillados y ofendidos con este discurso. Además, si Rusia tuviese el poder de influir en esas elecciones hubiese puesto en la Casa Blanca a un comunista, ¿no le parece?

-¡Ah! O sea que ustedes siguen siendo comunistas. ¿Es así?

-Lo que digo es una broma, por supuesto. El comunismo tal como era se quedó en la URSS. El Partido Comunista tiene escaños en el Parlamento pero está en la oposición. La mayoría en la Duma Estatal pertenece al Partido Rusia Unida, de orientación centrista.

-La simpatía del actual régimen ruso por los movimientos populistas (Le Pen, Beppe Grillo y quizá Podemos, entre otros), ¿responde a un deseo de dinamitar el sistema democrático occidental fomentando sus contradicciones internas?

-Nosotros no queremos dinamitar nada, simplemente estamos dispuestos a hablar con todas las fuerzas políticas legales y parlamentarias. No es una cuestión de simpatías y creo que habría que discutir qué es eso del populismo.

-Defíname por favor el régimen de la Rusia de hoy, tras el abandono del comunismo.

-Rusia es una república federativa, presidencial, democrática y parlamentaria con una economía de mercado como Estados Unidos y otros países de Europa.

-¿Cómo han podido surgir en tan poco tiempo personas tan superricas en un país que procedía de un comunismo supuestamente igualitario?

-Por el cambio dramático que se ha producido en el país después de 70 años de poder soviético, cuando la economía rusa estaba totalmente estatalizada. En 1991 se produjo un vuelco espectacular con una terapia de choque en la que colaboraron expertos norteamericanos y europeos para incorporarnos a la economía de mercado. En aquella época surgieron los así llamados oligarcas que se aprovecharon de la legislación imperfecta de aquellos años para hacerse con las empresas que se privatizaban.

-¿Qué diría Stalin de la Rusia de hoy si levantara la cabeza?

-Creo que a los personajes históricos hay que analizarlos dentro de su contexto histórico. Stalin era un idealista que pretendía crear un Estado que no explotase al hombre. Fue el abanderado de una idea muy aplaudida en todo el mundo que hizo que los soviéticos tuviesen muchos seguidores. De hecho, bastantes países industrializados de Europa introdujeron en sus programas electorales muchas de las propuestas de la URSS y así surgió lo que conocemos como Estado del bienestar. El discurso de Stalin es hoy en día utópico entre otras razones porque no hay tantas ideologías clasistas como había en su época. Imagine lo que habría dicho el cardenal Cisneros, por ejemplo, sobre la España actual.

-¿Qué representan Lenin y Stalin en la Rusia de hoy?

-El recuerdo de unas personas que sin duda hicieron una aportación importantísima para cambiar a Rusia y al mundo. Algunos legados suyos hay que aprovecharlos y actualizarlos. Hay también legados materiales como monumentos de la época, o la momia de Lenin que sigue en la Plaza Roja de Moscú. Hoy se discute en Rusia si el cuerpo debe de seguir allí o ser trasladado para enterrarlo con su familia, como el propio Lenin quería.

-¿Se podría decir con propiedad que Putin es un zar estalinista?

-Es una definición que no entiendo. Stalin fue un revolucionario que luchó contra el poder del zar. El zar veía a los que pensaban como Stalin como una amenaza. Putin es un presidente elegido por el pueblo ruso que cuenta con un grandísimo apoyo popular. Putin es un líder al que podrían tener envidia muchos otros líderes que no logran nunca ni una primera página en una revista internacional.

-El historiador británico Simon Sebag Montefiore ha comparado a Putin con Nicolás I porque sus consignas eran las mismas: autocracia, nacionalismo y ortodoxia.

-No coincido con Sebag. Rusia es un Estado laico, pero es cierto que últimamente la Iglesia ortodoxa ha recuperado posiciones tras vivir oprimida sobre todo durante los primeros años de la época soviética. Ahora hay una vuelta hacia la fe y la dignidad moral de la Iglesia. Tampoco Rusia es una autocracia, sino una república federativa, presidencial, democrática y parlamentaria y si ser nacionalista es defender nuestros intereses, entonces somos nacionalistas, pero ese deseo de defender los intereses propios es muy legítimo. Nómbreme un país que no lo haga.

-¿Existe entre los rusos una añoranza de la Unión Soviética?

-Para entender este paradigma -los rusos y la URSS- hay que mirar de nuevo a 1991, cuando de la noche a la mañana más de 20 millones de rusos se encontraron fuera de su país. La Unión Soviética era un Estado federal sin fronteras internas que se derrumbó y no todo el mundo se sintió cómodo ante la nueva situación. Algunos ciudadanos, por ejemplo, en los países bálticos son de hecho aún hoy en día no-ciudadanos y carecen de cualquier derecho en una situación que debería de avergonzar a la Unión Europea. Supongo que muchas de esas personas recuerdan con cierta simpatía los años de la Unión Soviética.

-¿Pretende Putin conducir a Rusia al liderazgo mundial, meta en la que podría verse favorecido por el paso atrás que parecía decido a dar Estados Unidos?

-No veo a Estados Unidos dando ningún paso atrás. Lo que siento es que vamos hacia un mundo multipolar en el que ya se perfilan algunos de los países que serán protagonistas del futuro.

-¿En qué países piensa usted?

-En Rusia, China, Japón, India, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Rusia es un país sin el cual no se puede tomar hoy en día ninguna decisión de importancia. Es un país influyente pero sin ningún afán de liderar los designios del mundo. Defendemos nuestros intereses y valores pero sin imponerlos.

-¿Qué propuesta tienen ustedes para evitar la vuelta a la guerra fría?

-Me sorprende mucho el discurso sobre la vuelta a la guerra fría cuando Rusia es presentada como la culpable de todos los males y como un país enemigo. Bajo esos pretextos, la OTAN acerca armamento y su infraestructura militar a las fronteras rusas. Por una parte se nos presenta como enemigos y después se empieza a hablar del temor de regresar a la época de la guerra fría que en aquellos momentos tenía una base de antagonismo ideológico que hoy no existe. Claro que hay riesgo de volver a la guerra fría, sobre todo si se persiste en la idea falsa de que Rusia es la principal amenaza del mundo.

-La anexión de Crimea por Rusia ha alarmado al mundo.

-No fue una anexión. La crisis de Ucrania no fue provocada por nosotros ni el golpe de Estado ucraniano lo fomentó Rusia. Ante las amenazas de prohibir la lengua rusa y la insoportable situación que se vivía en Crimea, fueron los propios crimeos los que tomaron la decisión popular, validada en referéndum, de unirse a Rusia.

-Reconocerá no obstante que fueron misiles rusos los que derribaron en 2014 el avión de Malasia produciendo casi trescientos muertos.

-Hay investigaciones en curso para esclarecer los hechos. Por ejemplo, el consorcio Almaz-Antey, fabricante del sistema antiaéreo Buk, declaró tras haber realizado varios experimentos profesionales que el Boeing malasio recibió el impacto de un misil 9M38, disparado desde la localidad de Zaróschenskoye controlada por las fuerzas de Kiev. Rusia, en cuanto sucedió esta tragedia, presentó inmediatamente los datos del control aéreo objetivo. También los datos de radares. Me deja perplejo que las autoridades de Ucrania no hubiesen cerrado el espacio aéreo a pesar de que en su territorio había hostilidades, un conflicto armado interno, poniendo en riesgo así los vuelos civiles. Tomando en cuenta el interés de usted y sus lectores hacia la situación en Crimea les recomiendo ver el documental en español titulado "Crimea: la primavera rusa", que se puede encontrar en Internet.

-¿Debería integrarse Rusia en la OTAN?

-La OTAN está obsoleta porque es un bloque que se creó durante la guerra fría. Ahora basa su razón de ser en presentar a Rusia como un país agresivo para justificarse.

-¿Y en la UE?

-Con Europa teníamos un nivel de integración muy avanzado que se ha congelado por las injustas sanciones impuestas a Rusia. Esas sanciones ya suponen pérdidas para la Unión Europea de 100.000 millones de euros y para España de 785 millones de euros.

-¿Cómo les afecta a los rusos la crisis económica que aún no hemos superado en Europa?

-En este mundo global, las crisis económicas afectan a todos. También a Rusia, que ha tenido además que lidiar con las sanciones impuestas por Bruselas, cuyo único objetivo era el de arruinar y empeorar la vida de los rusos. Aun así, la tasa de paro en Rusia es del 5,6 por ciento y si bien es cierto que algunos salarios necesitan aumentarse sobre todo en las provincias, la gente ha sabido adaptarse sin dramas y superar los sinsabores de la crisis.

-En la UE ha caído muy mal el encarcelamiento del líder opositor Alexei Navalni por participar en Moscú en una manifestación contra la corrupción del régimen. ¿Hay en la Rusia actual una marcha atrás respecto de los esfuerzos de Gorbachov y Yeltsin por salir de las prácticas antidemocráticas del comunismo soviético?

-Lo que no saben en Europa o no quieren saber es que recibió pena administrativa de 15 días por organizar la marcha en el único lugar que había vetado la Alcaldía para impedir problemas de seguridad. Las manifestaciones fueron autorizadas no sólo en Moscú, sino también en otras ciudades rusas. En Moscú se ofrecieron dos espacios para esta marcha en contra de la corrupción, que también persigue el Kremlin. Pero los organizadores ignoraron los lugares autorizados e invitaron a la gente a ir justamente al lugar que se había desaconsejado probablemente para que se montase un jaleo y llamar la atención internacional.

-El presidente español, Mariano Rajoy, ha sido criticado por la oposición por ser condescendiente con Trump, un personaje considerado políticamente poco correcto, lo mismo que Putin. ¿Considera que Rajoy es también un buen socio del presidente de Rusia?

-No hay que comparar a Trump con Putin y menos en las relaciones que mantiene España con Rusia. Rajoy, como presidente del Gobierno de España, es un buen socio de mi país. Somos aliados que se entienden porque nuestras relaciones están basadas en el respeto y la comprensión mutuas desde hace ya cinco siglos, cuando Carlos V envió unas cartas amistosas a Basilio III de Moscú para iniciar estas relaciones. Hace ya 350 años que Rusia envió su primera embajada a España y este año se cumple el 40.º aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas que se suspendieron en 1938. Somos dos extremos de Europa que se conocen porque no hay que olvidar tampoco que han llegado a venir a España en tan sólo un año un millón y medio de turistas rusos.

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