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Polen y contaminación: cóctel explosivo

La primavera puede ser un suplicio para los alérgicos si continúa seca ya que intensificará la floración de las gramíneas y la concentración de partículas

Una planta de diente de león.

La suma de polen y polución es un cóctel explosivo para los alérgicos. Y una primavera seca y cálida, como la de este año, no hace más que acelerar los factores. La escasez de lluvias -abril acumula en Oviedo un déficit de 60 litros por metro cuadrado- favorece la floración de gramíneas y la concentración de partículas, que producirá un pico alérgico entre mayo y junio. El cambio climático, dicen los expertos, está haciendo mella con la extinción de una primavera habitualmente lluviosa y húmeda, que "era lo que nos protegía frente al polen". Dejando a un lado las previsiones, los alergólogos no aprecian de momento un repunte de los casos. El número de consultas en los próximos meses dependerá no obstante del sol.

"Si continúa el tiempo seco, habrá mucha floración de gramíneas y en consecuencia más brotes", explica Gaspar Gala, alergólogo en Gijón. Si al polen sumamos la contaminación, el resultado es doblemente peligroso. "La polución genera más patologías", aclara Gala. Sobre todo, si se tratan de dióxido de nitrógeno, vinculado con el tráfico, y de micropartículas de tamaño inferior a 10 y 2,5 micras. Precisamente ayer, la estación del Matadero en Avilés estuvo en números rojos por PM 10. A las cuatro de la tarde, alcanzó un pico de 470 microgramos por metro cúbico cuando el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se sitúa en los 20.

"Lamentablemente en Asturias tenemos los dos factores: polen y partículas contaminantes", comenta Juan Fernández Madera, alergólogo en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). No obstante, el portavoz de la Coordinadora Ecologista, Fructuoso Pontigo, sostiene que este mes no está siendo especialmente malo en lo que a contaminación se refiere, "por el viento". Tan sólo Avilés ha registrado niveles fuera de rango, después de "un primer trimestre horrible en toda Asturias". "A nada que venga un verano seco, los datos en el conjunto del año serán muy malos", expresa Pontigo. Con todo, el alergólogo Juan Fernández Madera asegura que la primavera no está siendo problemática. O eso hasta ahora, porque lo peor siempre llega en mayo.

De todos modos, apunta Gaspar Gala, Asturias siempre fue más alérgica a los ácaros que al polen por las condiciones húmedas de la región. El cambio climático comienza ahora a "alterar" la normalidad. Como ejemplo, algunos datos de ausencia de precipitaciones. El delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Manuel Antonio Mora, indica que existe un "marcado déficit de lluvias esta primavera". "En Oviedo llevamos durante el periodo 1 de marzo-17 de abril un total de 60,2 mm cuando el valor medio (periodo de referencia 1981-2010) es de 137,6 mm. En el aeropuerto llevamos para el mismo periodo un total de 71,6 mm cuando lo normal es 144,1 mm. Es decir, llovió un 50% menos de lo habitual", detalla.

Para prevenir las alergias al polen, los expertos aconsejan "no hacer deporte al aire libre cuando hay previsión de una concentración importante de gramíneas", viajar en coche o autobús con las ventanillas cerradas, evitar el contacto directo con la hierba alta y utilizar gafas de sol.

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