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RAFAEL ARIAS-SALGADO | Ex secretario general de UCD

"El reto de la eurozona es lograr una mayor integración económica"

"Nos movemos entre un proceso de globalización y otro de digitalización que están transformando la estructura económica"

Rafael Arias-Salgado.

Rafael Arias-Salgado Montalvo (Madrid, 1942) tiene a sus espaldas una larga carrera política. Primero como miembro fundador del comité ejecutivo del Partido Socialdemócrata, que presidió Francisco Fernández Ordóñez. De ahí pasa a ser miembro de la Unión de Centro Democrático (UCD), donde llegó a ser secretario general del partido. Tras la disolución de UCD ingresó en el CDS y fue diputado por Madrid. Después ingresó en el Partido Popular, y fue ministro de Fomento entre 1996 y 2000 en el Gobierno presidido por José María Aznar. Tras dejar la política fue durante 16 años presidente de Carrefour en España. Ahora, ya jubilado, aprovechó una reunión de antiguos miembros de la UCD de Asturias para participar en el encuentro, que se celebró ayer en el Palacio de La Magdalena, en Soto del Barco.

-Es una visita para estar, charlar y ver a viejos compañeros de UCD, que fue un partido trascendental a la hora de hacer la transición democrática en España. Estar con ellos siempre es agradable.

- ¿Se reconoce esa trascendencia de UCD para la historia española?

-No sé si en la opinión pública si existe un gran recordatorio. Pero está en los libros de texto, en todos los libros de ciencia política donde se estudian los procesos de transición democrática y el advenimiento de la democracia.

- ¿Cuáles cree que fueron logros fundamentales del partido?

-La UCD hizo muchas cosas. Pero dos absolutamente trascendentales. Primero, participar directamente y con protagonismo de primer plano en la elaboración de la Constitución. Y en segundo lugar gestionó los pactos de la Moncloa. Sin esos dos instrumentos no viviríamos hoy en un sistema plenamente democrático reconocido en el mundo entero.

- Y, en cambio, ¿cuáles cree que fueron sus principales problemas?

-Las dos crisis del petróleo crearon una situación extraordinariamente difícil en la economía española, que al 90 por ciento dependía de este combustible. El precio del petróleo entre el 75 y el 79 subió un 400 por ciento. Fue enormemente difícil gestionar la economía española con ese incremento de precios. Hoy tenemos más capacidad para afrontar el precio del petróleo. El 20 por ciento de la energía ya es alternativa, eso constituye un colchón que nos permite afrontar con menos dificultades los incrementos.

- ¿Sigue la actualidad política?

-La sigo, pero estoy retirado.

- Tendrá, no obstante, opinión sobre si el Gobierno y la oposición están a la altura de las circunstancias.

-Tengo opinión puramente ciudadana. Estamos en una situación complicada porque el proceso de cambio que se está produciendo en el mundo es estructural. Nos movemos entre un proceso de globalización y de digitalización que está trasformando la estructura económica de los países. Genera una situación de desempleo y de retribuciones salariales que han llevado a la pérdida de poder adquisitivo respecto a épocas de mayor normalidad. Esto es lo que hay que estudiar y analizar de manera rigurosa. Gobierno y oposición tienen que moverse en esas coordenadas por encima del cortoplacismo.

- ¿Y cree que a los políticos actuales se les puede acusar de cortoplacismo?

-Es práctica habitual en los partidos políticos, por eso es importante que hagan análisis del proceso de cambio que se está produciendo en el mundo y que afecta a todos los países y a toda Europa occidental, que tiene el mejor modelo de convivencia del mundo: la democracia representativa y el estado social. Y mantener ese modelo, que es el más avanzado del mundo, el que mayor libertad, progreso e igualdad social genera, tiene hoy unas dificultades de financiación como consecuencia de la globalización y digitalización. No es fácil competir con China.

- La Unión Europea está en el punto de mira. ¿Qué hubiera hecho UCD?

-La UCD era un partido europeísta al cien por cien. Los países de Europa occidental no tienen porvenir si no incrementan el proceso de integración de la Unión Europea, concretamente todo lo que afecta a la integración económica. La única opción que tiene Europa de salir adelante es a través de la gran potencia económica, que lo es si hay unión económica. Es el reto de la eurozona: hacer avanzar la integración económica.

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