El acento no dejará mentir a Tomás y Juan José Álvarez Aja. Han nacido en México, pero el felpudo que da acceso a la sede de su grupo empresarial, en el barrio de Interlomas de la capital federal, empieza diciendo que este edificio se llama "Cabo de Peñas". Dentro, el despacho de Tomás tiene enmarcadas fotografías de la Hostería de Torazo, en Cabranes, del recién rehabilitado Palacio de Nevares, en Parres... Los responsables del grupo son los hijos de un ferretero de Poo de Cabrales, primera generación de nacidos en México, que ahora tienen quince empresas de tecnología con treinta años de implantación en el país y un pie a cada lado del Atlántico. Tomás también es empresario de hostelería y turismo en Asturias -como parte del Grupo Nature, responsable entre otros del complejo hotelero Puebloastur, en el Palacio de Nevares de Cofiño (Parres)- y ayer abrió las puertas de su empresa en México a la delegación del Principado que busca oportunidades de negocio en la nación azteca. Ante el consejero de Empleo, Francisco Blanco, y representantes de las firmas tecnológicas asturianas Prodintec, Izertis e Intermark, Álvarez Aja identificó coincidencias "al ochenta por ciento" con "aquello a lo que nos dedicamos nosotros" en México y "muchos puntos en común y complementarios". "Traen proyectos muy interesantes", dijo.

Con eso y las "cosas culturales" que siempre "se mezclan" cuando a Tomás Álvarez Aja le hablan de Asturias, concluye que hay mucho "que nosotros les podemos aportar a ellos, y ellos a nosotros".

Habla de los desarrollos de integración tecnológica, de informática, del ecosistema en el que ha crecido un empresario que en Asturias apuesta por el turismo y la restauración en asociación con el grupo Arcea y Antón Puente y que además ha plantado viñedos con el propósito de hacer el primer vino del Oriente. En México, la más potente de sus empresas, Tecnología Editorial (TED), tiene costumbre de acceso a proyectos de enjundia con el Gobierno federal, como el sistema de pasaportes y firma electrónica o el proceso de identificaciones para el cobro del "seguro social" -"26 millones de credenciales"- y ahora ve posibilidades de cooperación con estas empresas asturianas que han llegado hasta él tirando del sólido lazo de las raíces. Del mismo que al empresario le empujó de regreso a la tierra de su padre para invertir en hoteles y restaurantes en el Oriente y Oviedo.

Es lo que tienen las crisis y los "momentos difíciles", apostillará Tomás Álvarez Aja. En esas circunstancias, concluye, "hay que saber ver las oportunidades".