Unas condiciones terribles, con diez centímetros de nieve, una humedad del 95 por ciento, una densa niebla que no se despejaba por la ausencia de viento y unas temperaturas que a primera hora de la noche habían descendido a seis grados bajo cero en Fuente Dé hicieron ayer imposible el rescate de los cadáveres de los tres escaladores zamoranos despeñados mientras ascendían, el pasado sábado, el Espolón del Jisu, en el Macizo Oriental de los Picos de Europa. Un equipo de agentes de montaña (Greim) de la Guardia Civil de los puestos de Cangas de Onís y Potes (Cantabria) lograron llegar al lugar donde se encuentran los cadáveres, Los Costillares, tras una ascensión de tres horas desde el hotel Áliva, donde se concentraron hacia las siete y media de la mañana. En torno a las once partieron hacia el Espolón, una subida dura, con muy mal tiempo. Después de las dos de la tarde llegaron al lugar donde están los cuerpos de Fernando Casquero, de 46 años, Daniel Camarzana, de 21, y Rubén González, de 19, el primero con una experiencia de décadas, los segundos muy jóvenes, pero sobradamente preparados para el reto de una vía clásica de la escalada.

Lo que encontraron los agentes durante el camino, les hizo desistir de su propósito inicial, que era descender a cuestas con los cuerpos. Hubiese supuesto un grave riesgo para su integridad. Optaron por tanto por preparar los cuerpos para una posible evacuación por el aire por parte de los helicópteros, uno de la Guardia Civil asturiana y otro de la leonesa que esperaban en Potes y en Fuente Dé a una mejoría del tiempo. Por ello, bajaron los cadáveres desde donde se encontraban, a unos doscientos metros de la cumbre, hasta una zona de escape en el collado lateral del Espolón.

Por la tarde se abrió una ventana de oportunidad. Los helicópteros trataron, hasta en dos ocasiones, de alcanzar el lugar donde se encontraban los cadáveres. No había apenas viento, pero la niebla que no acababa de despejar les hizo desistir. Finalmente, en torno a las nieve de la noche, se decidió abandonar el operativo para regresar, hoy, jueves, en que se espera una mejoría del tiempo que haga posible el rescate. Los cuerpos serán trasladados presumiblemente al Hospital de Valdecilla, donde ayer ya esperaban algunos familiares de los fallecidos. También se les pudo ver en la localidad de Espinama, en el concejo de Potes, una de las vías de entrada a Áliva, desde la que se accede al Espolón.

Los montañeros sufrieron el accidente el pasado sábado, aunque no fue hasta la noche del lunes que sus familias denunciaron ante la Guardia Civil que no se habían puesto en contacto con ellos. A través de una fotografía remitida por estos allegados, los agentes supieron que estaban realizando la ascensión del Espolón del Jisu. El martes por la tarde, los agentes de montaña dieron con ellos en la zona conocida como vira de escape del Espolón.

La consternación no puede ser mayor en Zamora. Ayer a mediodía, los alumnos de la Escuela de Arte de Zamora, donde cursaban estudios Daniel Camarzana y Rubén González, protagonizaron un minuto de silencio en el que dieron rienda suelta al dolo por la pérdida de sus compañeros. "Nunca he visto tanto silencio, tanto dolor y tanta oscuridad", aseguró el director del centro, Iván del Arco. "Que sepan el cariño que el centro tenía a estos dos chicos", dijo por su parte Fernando Prada, director general de Educación en Zamora, presente en la concentración.

En las redes sociales, los fallecidos han dejado patente el amor que sentían por la montaña y particularmente la escalada. Rubén González incluso salía en un vídeo en el que exaltaba la sensación de plenitud al alcanzar la cima. Una amiga dejaba este mensaje, a modo de despedida: "Hasta siempre, nos vemos en la cima, campeones". González y Daniel Camarzana se hicieron inseparables en la Escuela de Arte, merced a su afición a la escalada. En Fernando Casquero tenían a un maestro, que también disfrutaba de las carreras de montaña, el esquí de montaña, el de travesía, la escala den roca, hielo o deportiva. Para el la pregunta no era qué hacer en las cimas, sino cómo disfrutar de ellas.