Los casos de acoso escolar, tanto físico como a través de las redes sociales -especialmente del WhatsApp-, aumentan en Asturias, donde la Asociación contra el acoso escolar atendió el año pasado más de 500 casos. Los expertos reclaman más prevención en los centros escolares y en las familias, y sobre todo más control por parte de los padres de los teléfonos móviles y ordenadores.

Otra alerta: se empieza a acosar a edades más tempranas, con edades entre 10 y 11 años, la misma que la de la víctima, que suele ser un compañero de clase. Y un dato positivo: las campañas de sensibilización están consiguiendo que aumente el número de víctimas que plantan cara a los acosadores con el apoyo de sus compañeros. Es esta una línea de trabajo en la que, según los expertos, hay que seguir incidiendo.

La cifra real de niños y jóvenes que sufren acoso escolar ("bullying") o ciberacoso ("ciberbullying") es una incógnita. Los expertos aseguran que los datos con los que se trabajan son una aproximación y en todo caso la punta del iceberg. "El acoso escolar se mantiene por la ley del silencio", afirma David Álvarez, psicólogo experto en "bullying" y profesor en la Universidad de Oviedo. "Para saber exactamente la evolución hay que implantar una línea de trabajo con una medida rigurosa y mantenerla en el tiempo", advierte.

La Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña presentaron ayer el "II Estudio sobre acoso escolar y 'ciberbullying", según los afectados". Se trata de un informe realizado en base a 1.207 casos reales de toda España sustentado en los análisis de los datos recibidos en 2016 en el Teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes. Según sus datos, Asturias ha pasado de un acoso del 1,1% al 1,9%.

Pero en el Principado de Asturias y en el conjunto del país hay datos relevantes. Por ejemplo, el de que se ha reducido la edad media del niño acosado para situarse entre los 10 y los 11 años, y también que ha aumentado el numero de víctimas de edad inferior, incluso hasta los 7 años, y los agresores son mayoritariamente varones.

Sin embargo, en el caso del acoso digital la mayoría son chicas, que actúan mayoritariamente en grupo y con una edad media de 13,8 años.

Otro dato importante es que se ha duplicado el número de menores acosados que se revelan antes sus agresores con el apoyo de sus compañeros, aunque tarda una media de 13 meses en denunciarlo. Así, si antes lo hacían un 11% en este segundo estudio lo han hecho el 51,8%.

Los expertos consultados en Asturias dan escasa fiabilidad a estas cifras, teniendo en cuenta que se sustenta sólo en las llamadas a ANAR. Pero el profesor David Álvarez sí indica que "a mayor sensibilización, mayor número de denuncias". Y en estas campañas y en el trabajo en las aulas está la clave. "Si ocurre el acoso es porque se consiente. Es necesario que los compañeros se vean como valientes que denuncian una injusticia y no como chivatos. Hay que incidir en esa vía", añadió el psicólogo.

Encarna García, presidenta de la Asociación contra el acoso escolar, se mostró poco optimista con la resolución del acoso escolar. "Han aumentado muchísimo las denuncias en los últimos cuatro años", afirmó. "El acoso no es sólo el insulto y la agresión física, también es el aislamiento social. Y el cíberacoso es una lacra que aumenta entre los alumnos de Secundaria. Se dan ordenadores y móviles a niños con 8 años, y los padres no controlan lo que hacen sus hijos ni con el teléfono ni en el ordenador", añadió. García también cargó contra los profesores. "Los hay muy implicados, pero hay otros que se sientan a ver el agua pasar. Tenemos casos concretos y es indignante".