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Sorpresa entre los científicos por la necropsia del oso muerto en Moal

El examen, que volverá a realizarse, deja entrever que el animal recibió un disparo en la cabeza, aunque el Principado lo rechaza

La muerte del oso de Moal (Cangas del Narcea) por intoxicación de setas y la posterior manipulación humana del cadáver ha dejado "sorprendidos" a los científicos. El examen, que volverá a realizarse por recomendación del equipo de la Facultad de Veterinaria de la Universidad, deja entrever que el animal, cuyo cuerpo fue hallado el 7 de enero por unos excursionistas, recibió un disparo en la zona frontal de la cabeza, aunque fuentes del Principado señalan que "no hay evidencias de que el orificio haya sido producido por un proyectil". Este periódico intentó ponerse en contacto con el catedrático de Anatomía Patología que dirigió la necropsia realizada en Deva, Juan Francisco García Marín, aunque sin éxito.

En concreto, el examen indica que "en la zona frontal de la cabeza del ejemplar (un macho de unos seis años), en el lado derecho a la altura del ojo, la piel presentaba un orificio con bordes quemados y destrucción del hueso de forma irregular, aparentemente raspado en su superficie, realizado antes o después de su muerte". "Dicha alteración -continúa el texto- penetraba hasta los senos frontales y la fosa nasal, con destrucción de los mismos".

Este hallazgo ha levantado las sospechas de disparo de los expertos. Entre ellos, el biólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Javier Naves. Mientras, el presidente de la Fondo para la Protección de Animales Salvajes (Fapas), Roberto Hartasánchez, pide hacer un análisis profundo de las necropsias que se están realizando a osos en Asturias y no descarta "presentarse judicialmente contra quienes están manipulando la información".

La consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales ha puesto en manos de la Fiscalía del Principado el informe del oso ante la sospecha de que el cadáver fue manipulado y descarnado después de su muerte por una persona. La necropsia descarta que la acción fuese llevada a cabo por una alimaña o un depredador, puesto que no presentaba lesiones evidentes de dentelladas ni desgarros y los restos de piel "parecían estar cortados".

Por su parte, los oseznos aparecidos muertos el 23 de mayo de 2015 y el 2 de abril de este año en La Llamera (Somiedo) sufrieron una hepatitis vírica canina. Ya son por tanto tres los casos de contagio en plantígrados en la cordillera Cantábrica, contando al de Villablino (León) en 2014. Para el científico Javier Naves, el problema "es grave" y considera necesario evaluar su alcance. La enfermedad, ya diagnosticada en poblaciones de Estados Unidos y de Los Abruzos (Italia), se transmite por vías respiratorias a través de perros, lobos o zorros infectados, como explica el presidente del Colegio de Veterinarios de Asturias, Armando Solís. El virus produce "vómitos, diarreas, secreción nasal, letargia, encefalitis, parálisis y hasta la muerte".

"Puede no tener nada que ver el virus en Italia que en Asturias al estar influido por otros factores. Hay que conocer su virulencia", comenta Javier Naves, que se pregunta si los esbardos de Somiedo son hermanos.

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