El próximo 4 de mayo los candidatos a las primarias del PSOE deberán levantar sus cartas y mostrar cuántos avales han conseguido. Ese es un referente para ver cómo anda el pulso interno en el partido, pero no hay que fiarse. "No, no hay que fiarse, tenemos mucho voto oculto", dicen los "sanchistas" en Asturias. Han constatado que algunos militantes que aseguran que votarán a Sánchez rechazan darle el aval. Y atribuyen esa decisión a "presiones del aparato". Esos militantes prometen el voto (secreto) en las urnas. Pero ese secreto es un arma de doble filo. Lo saben también bien los "susanistas". "Pues mira, coincidimos en eso: que los avales no son determinantes, sino los votos", reconocen portavoces del colectivo que apoya a la andaluza Susana Díaz para las primarias. Los "sanchistas" prefieren mantener en secreto la cifra de avales que llevarán a Madrid para el recuento global. Los "susanistas" en cambio dan por hecho que superarán los 2.000 (el censo de militantes en Asturias es de 8.000), a la espera de la suma de algunos apoyos recogidos en diversos municipios asturianos. De los partidarios de Patxi López poco se sabe, salvo que quizás las sumas del vasco no son las que esperaba.
"El voto oculto nos favorece", afirman los "sanchistas". "Hay más votantes a Susana de lo que parece", dicen los "susanistas". Ese voto oculto siempre tiene propiedades mágicas hasta que se revela: como si fuera un asunto cuántico, igual que el gato de Schrödinger que sólo muestra su estado vital cuando se abre la caja.
Como cada cual cuenta la feria según le viene o la espera, tanto "sanchistas" como "susanistas" confían en una reñida victoria en Asturias. Los de Pedro Sánchez aseguran tener a su favor más movilización y ven un aliado en "las apelaciones al miedo que hace la dirección del partido". Los "susanistas" confían en que el respaldo de dirigentes incline la balanza a su favor. Ya veremos.
