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JAVIER VIAR | Exdirector del Museo de Bellas Artes de Bilbao

"Involucrar a las instituciones privadas es fundamental para un museo"

"La colección del Bellas Artes de Asturias es bárbara; es una entidad con unas condiciones extraordinarias para desarrollarse, y creo que lo hará"

Javier Viar, en el Museo de Bellas Artes de Asturias. IRMA COLLÍN

Javier Viar (Bilbao, 1946) ha dirigido el Museo de Bellas Artes de Bilbao durante los últimos quince años, una etapa en la que se ha consolidado como la institución de referencia para todos los museos provinciales de España. Tras dejar el cargo por jubilación, Viar centra sus esfuerzos en rematar un monumental trabajo sobre la historia del arte vasco desde la Guerra Civil. Días atrás acudió al Museo de Bellas Artes de Asturias para ofrecer una conferencia sobre "Alrededor del vacío I", la pieza de Eduardo Chillida que, procedente del museo bilbaíno, se expone en el edificio de la ampliación de la pinacoteca asturiana hasta el próximo 4 de junio. Durante su estancia en Oviedo, Viar recibió a LA NUEVA ESPAÑA para conversar sobre el genial escultor vasco y la gestión museística.

- Cuando hablamos de "Alrededor del vacío I", hablamos de una obra importante dentro de la producción de Chillida...

-Sí. Es una obra de plena madurez, que Chillida realiza en 1964, cuando tiene 40 años. Entre 1951 y 1964, él desarrolla esculturas por series, como "Yunque de sueños" y "Alrededor del vacío", que son verdaderamente magistrales. Y es en estas obras en las que Chillida sienta las bases de su éxito internacional. Pero además, en este momento culmina su obra de hierro, que se mezcla con la madera. Entre 1951 y 1964 hay un camino continuo, una búsqueda con los hierros, y su obra se puede seguir de manera muy fácil. Pero a partir de este momento, se hace más dispersa.

- Pese a tratarse de una pieza de pequeño tamaño, tiene una presencia asombrosa, que impone...

-Es que la obra de Chillida siempre ha tendido a la monumentalidad. Precisamente, la materia es lo que les da una presencia muy fuerte a sus esculturas. Gaston Bachelard decía que las obras de Chillida tenían tal presencia material que no se podían considerar abstractas. Brancusi ya decía que la materia guiaba sus manos, y eso también se produce en Chillida. Que de hecho sigue a Brancusi, aunque sus formas no tengan nada que ver.

- De la monumentalidad de Chillida tenemos una buena muestra en Gijón, con el "Elogio del horizonte"...

-Es muy curioso porque estaba dándole vueltas a esa escultura. Una de las influencias que reconoce Chillida es la del mundo griego. Incluso dice que los alabastros los hizo después de un viaje por las islas griegas. Y el "Elogio del horizonte" es una especie de Partenón impuesto en el paisaje: la forma en la que esa figura geométrica se impone en la naturaleza, en el acantilado, es igual a como se impone el Partenón en la Acrópolis. Es la razón imponiéndose al caos de la naturaleza. Y eso le pasa a la escultura de Gijón, que cuando la vi por primera vez me impresionó mucho.

- Cambiemos de tercio: bajo su dirección, el Museo de Bilbao experimentó un gran impulso. ¿Cómo se logró?

-Todo museo tiene que partir fundamentalmente de una colección suficientemente sólida, que yo creo que es el núcleo para hacer variaciones. Aquí, en el Bellas Artes de Asturias, hay también una colección bárbara. Tiene unas condiciones extraordinarias para desarrollarse, y creo que se desarrollará con seguridad. Pisando firme, que es como se ha desarrollado el de Bilbao. Porque en torno a una buena colección, puedes hacer de todo: investigación, exposiciones, préstamos para que luego te hagan otros a ti, labor didáctica... Si tienes una colección que tenga algo que decir, tienes mucho avanzado. Luego es cuestión de trabajar y actuar con un poco de cabeza, con sentido común, no hay mucho más. Y hay que tener en cuenta que el museo moderno se ha abierto a la gente, se ha dinamizado la relación y ya no está cerrado como estuvo hace cincuenta o sesenta años.

- En Bilbao han logrado además un modelo de financiación envidiable, con participación pública y privada. ¿Cómo lo hicieron?

-Involucrar a las instituciones privadas en un proyecto ambicioso de museo es fundamental, y a nosotros nos ha funcionado. Cuando llegué a la dirección me encontré con un esquema hecho, con varias instituciones privadas contribuyendo con un dinero estable. Y esa estabilidad es lo que le da la vida al museo, porque nos permite programar a dos o tres años, o a cuatro. Pero esa estabilidad sólo te la da, a día de hoy, una conjunción entre las instituciones públicas y las privadas.

- Además, la coordinación entre las distintas administraciones públicas es modélica, algo que no pasa en todos los sitios...

-Hombre, la verdad es que eso sí ha pasado, mi experiencia es absolutamente positiva. Las tres instituciones propietarias -Ayuntamiento de Bilbao, Diputación Foral de Vizcaya y Gobierno vasco- mantienen una colaboración impecable y fantástica. No hay la más mínima interferencia, al contrario, y eso está muy bien. A lo mejor es difícil de conseguir que se extrapole a otros lugares, si la realidad política es diferente. Pero allí ha funcionado, y también el que haya patronos privados, algo que ayuda muchísimo. Nosotros, además, hemos tenido la suerte de ser un museo muy querido por la población: es algo que te lo vas ganando, y no he sido sólo yo. También mis predecesores.

- Hablando de patronazgo, el Bellas Artes de Asturias acaba de recibir una donación extraordinaria por parte de Plácido Arango...

-Lo sé, y procuraré venir a la exposición con las obras donadas. Arango es una personalidad muy singular, extraordinariamente positiva. De lo que le conozco no tengo más que palabras buenas para él. Al Museo de Bellas Artes de Bilbao nos ha prestado varias cosas y ha hecho alguna donación. Es una persona sensibilísima y un extraordinario coleccionista, un hombre al que admiro muchísimo y con una categoría humana muy grande. Es absolutamente envidiable que Arango sea de origen asturiano, me parece maravilloso.

- Se acaba de jubilar, pero deja el Bellas Artes de Bilbao en buenas manos...

-Estupendas, estoy encantado de que haya venido Miguel Zugaza. Además de todo el bagaje y conocimientos que tiene, viene con unas conexiones y una capacidad de gestión muy grandes. Llevará al museo a cotas estupendas. Estoy feliz.

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