El debate sobre la conveniencia de que un nuevo impuesto grave el consumo de refrescos altamente azucarados es oficial en Cataluña, donde está en vigor desde ayer, y desde allí se aproxima a Asturias con una versión propia recién registrada en la Junta. La propuesta de tributo sobre bebidas azucaradas, una de las demandas de IU en la recientemente fallida negociación presupuestaria, tiene el banco de pruebas abierto en Cataluña, un proyecto lejano de ampliación a todo el Estado y ahora ya también, desde el jueves, registro de entrada en el parlamento autonómico. El proyecto de IU llega a la cámara con una sugerencia de gravamen cuya cuantía se plantea variable en función del grado de edulcorante artificial que tenga cada producto y que puede encarecer estos artículos hasta un máximo de doce céntimos por litro.

La fórmula resulta del asentimiento a una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se apoya, según reza la exposición de motivos de la propuesta de ley de IU, en los efectos perjudiciales sobre la salud que la evidencia científica atribuye al abuso de bebidas azucaradas envasadas. El propio organismo internacional menciona las medidas fiscales como elemento desincentivador del consumo y la coalición lo trae al Principado con una propuesta de gravamen análoga en sus tipos impositivos a la que desde ayer está en vigor en Cataluña. Plantea subir más el precio de los refrescos con más azúcar, elevar ocho céntimos el coste por litro de las bebidas que tengan entre cinco y ocho gramos de edulcorante por cada cien mililitros -por ejemplo, una bebida refrescante a base de té- y elevar el gravamen a doce céntimos si el producto en cuestión tiene más de ocho gramos en la misma escala -la mayoría de los refrescos de cola o un batido de chocolate-.

El proyecto de ley no habla sólo de refrescos, se refiere en general a bebidas que contengan "edulcorantes calóricos añadidos" y en concreto también a aquéllas elaboradas a base de "néctar o zumos de frutas", a las de té y café, a las energéticas y deportivas, a las "leches endulzadas" y batidos, a las "bebidas vegetales" y a las "aguas con sabores".

Sobre todas ellas recaería el peso de un tributo que en Cataluña funciona desde ayer y que en Asturias fue objeto de debate en la negociación presupuestaria que el Gobierno del Principado y el PSOE mantuvieron a finales del pasado año con IU. Aquello entonces terminó sin acuerdo y ahora, el pasado jueves, la coalición introduce su propuesta en la Junta como parte del arranque del debate que pretende activar alrededor de la reforma fiscal. La demanda del impuesto sobre las bebidas se suma a la de los tributos ambientales, esos que al decir de IU deben "coaccionar" a empresas y particulares que contaminen, y forma parte de la estrategia de presión sobre la política impositiva del Gobierno del Principado.

IU no ceja en el empeño de convencer al Gobierno y en este punto, el PSOE ha manifestado su intención de avenirse a la redacción de un informe sobre fiscalidad que por unanimidad le ha pedido ya la Comisión de Hacienda de la Junta, pero al responder a las demandas de IU no ha perdido ocasión de reprochar a la coalición su rechazo al proyecto de presupuestos del Principado para 2017. Ahora, los socialistas se acogen a la política impositiva que contiene la ley presupuestaria aprobada el pasado diciembre, donde no tendría cabida este impuesto sobre bebidas azucaradas que el grupo que sostiene al Gobierno no parece muy por la labor de respaldar.