Llevaban ropa corta y provocativa, pero eso no es indicativo de que estuviesen practicando la prostitución. El caso contra el antiguo dueño y el encargado del club Model's, en Granda (Siero), ha hecho aguas porque no se ha podido demostrar que las 32 mujeres halladas en el local en enero de 2015 -sobre todo brasileñas y rumanas- estuviesen "trabajando". Los agentes que declararon en el juicio celebrado el pasado abril en la Sección Segunda de la Audiencia sólo hicieron "referencias, interpretaciones" sobre una posible práctica de la prostitución, pero no aportaron pruebas, según el ponente del fallo, el magistrado Agustín Pedro Lobejón.

Así las cosas, el tribunal se ha visto obligado a absolver tanto al entonces propietario, Miguel Ángel L. R., como al encargado, Renato F. Á., para quienes el fiscal solicitaba año y medio de prisión. El acusador público pedía además el cierre por dos años.

En el juicio declararon los camareros y dos de las chicas que supuestamente trabajaban en el club, quienes negaron que fuese un club de alterne e insistieron en que era una sala de fiestas y que al lado tenía un hotel independiente. La sentencia indica que las declaraciones de las chicas cuando se produjo la operación contra el club no se corroboraron en la vista del juicio, y que los agentes que actuaron no comprobaron que existiesen taquillas para cambiarse de ropa ni que a las mujeres se les entregasen tiques para cobrar un porcentaje por el consumo de alcohol de los clientes. Como en todos los juicios de este tipo, fallaron los testigos. El magistrado ponente se extraña de que no se tomase declaración en instrucción a todas las mujeres encontradas en el local y de que tampoco se las convocase al juicio.

El entonces propietario declaró que el día de la inspección estaba de viaje, pero añadió que "nunca" tuvo personal trabajando sin estar dado de alta. El otro acusado explicó que era el jefe de sala y que sólo coordinaba a los camareros y a los proveedores, pero no contrataba ni tenía que ver con el hotel. Las mujeres que estaban en el local esa noche "eran señoras clientas, como los clientes". Dos de aquellas chicas negaron en la vista haber declarado que trabajasen en el club. Ambas coincidieron en que habían ido "con amigos a la sala de fiestas". También negaron que vivieran allí. Una de ellas dijo que se había quedado con una amiga a dormir porque habían bebido, a lo que la fiscal le respondió: "¿Tres años se quedó a dormir?", en referencia al tiempo que le constaba que había estado ocupando un cuarto.