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ANA BELÉN BERNARDO GUTIÉRREZ | Profesora de Psicología en la Universidad de Oviedo

"Compaginar los estudios con un empleo de más de 10 horas semanales lleva al abandono"

"Con la llegada de Bolonia uno de los criterios de calidad universitaria es que el alumnado que deja la titulación se sitúe por debajo del 10%"

La investigadora Ana Bernardo. LNE

Ana Bernardo es profesora del área de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Oviedo, donde ejerce las labores de coordinadora de los estudios sobre abandono universitario dentro del grupo ADIR (Aprendizaje, Dificultades, Inteligencia y Rendimiento), en el que participan también José Carlos Núñez, decano de la Facultad de Psicología; Ellian Tuero, Alejandra Dobarro y Esteban Agulló. Además, está al frente del proyecto de Observatorio del Recorrido Formativo del Estudiante de la Universidad de Oviedo, que fue presentado recientemente ante el equipo rectoral y el Gobierno regional.

- ¿Qué realidad se encontraron cuando comenzaron a estudiar el abandono de los universitarios asturianos?

-Es una situación que no se puede analizar en compartimentos estancos, sino que responde a factores multicausales y tiene relación con otros campos: cómo te ves en los estudios, si existe buena relación con el resto de alumnos y profesorado, el rendimiento en los estudios... Evidentemente, siempre existe un mayor riesgo de abandono en una carrera cuando no apruebas, pero también existen factores de ámbito económico. Comenzamos a estudiar todo esto en 2011, primero con datos de la Universidad de Oviedo y a partir de contactos con el profesor Jesús Arriaga, que tenía un proyecto europeo. En la Universidad también colaboramos con el profesor Luis Rodríguez Muñiz y ahora estamos en contacto con otras instituciones que realizan estudios de abandono.

- ¿Cuáles son las características comunes de los alumnos que aparcan sus estudios?

-Existen diferentes realidades. Da pistas la información que tenemos compartida con otras instituciones. Las expectativas con las que se inicia una carrera pesan bastante sobre la decisión posterior de abandono. Hay carreras como las ingenierías donde, además, existen otros factores. En ese caso el abandono se traduce más en un cambio de rama que en un abandono de los estudios.

- ¿Hasta qué punto afecta la variable económica?

-A las familias les cuesta un esfuerzo afrontar los gastos de una carrera universitaria y eso no se arregla sólo con becas para la matrícula. Más complicado es mantenerse en el día a día: abonar los gastos de transporte, residencia, libros... Una beca te salva de un momento específico, pero no de toda la etapa universitaria, y luego están los que compatibilizan estudios y trabajo. Un empleo que ocupa más de diez horas a la semana está muy relacionado con el abandono de los estudios. Te hace bajar el rendimiento y eso te desmotiva. Es mucha la inversión que se realiza en el alumno para que luego se pierda.

- ¿A cuánto asciende?

-Poner a un alumno en el aula cuesta 7.400 euros, que más los 1.460 de matrícula media que hay en la Universidad de Oviedo suponen cerca de 9.000 euros. Una parte es inversión de la familia y otra del Estado, pero cuando un alumno abandona todo eso se pierde. Aunque el mayor impacto es para el alumno, existe también un retroceso para las familias y para la sociedad.

- ¿Existen carreras con una mayor tendencia al abandono?

-En Ciencias de la Salud existe menos abandono. Son carreras muy vocacionales y su nivel de rendimiento es alto. Quienes escogen estudios en segunda o tercera opción al final acaban por cambiarse o, incluso, irse a otra Universidad. Sin embargo, es un fenómeno complejo que no depende de un solo factor. Cuando no se cumplen las expectativas laborales también desemboca en abandono.

- ¿Cómo se encuentra la Universidad de Oviedo en el contexto nacional?

-Estamos bastante arriba en la tabla de abandono para tener una única institución superior, no como otras regiones. Se podría hacer algo, porque hay comunidades autónomas que han logrado rebajarlo. El Espacio Europeo de Educación Superior dice que uno de los índices de calidad de las universidades es que el abandono se sitúe por debajo del 10 por ciento.

- ¿Ha habido más abandono de estudios con Bolonia?

-No hay estudios serios sobre el abandono. Si bien se empezó a hacer algo en los años setenta, no se tomó suficientemente en serio hasta la entrada en vigor del Espacio Europeo de Educación Superior. Anteriormente los estudios eran más relajados.

- Una de las propuestas de su grupo es la mentorización del alumnado. ¿Más ideas?

-No existe una única solución: desde políticas de becas más potentes a más jornadas de acogida y orientación al estudiante. Según la titulación, funcionan mejor unas cosas u otras.

- ¿Qué aporta el Observatorio del Recorrido Formativo del Estudiante de la Universidad de Oviedo al objetivo de reducción del abandono?

-Luchamos por un proyecto para que se pongan medidas para paliarlo y reducir sus efectos. No es bueno ni para las familias ni para la institución, pero, además, no siempre toda la culpa es del alumno; por eso es necesario poner algo a funcionar.

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