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Asturama

El Esva no da con el campanu

El club La Socala, preocupado por un hecho sin precedentes: un mes de temporada salmonera y ni una captura Lo atribuyen a la sequía de semanas atrás y a la suciedad en el cauce, que ocasiona isletas

Gil Ramón Rico, ayer, mostrando el estado del río Esva. A. M. SERRANO

El campanu del río Esva se hace esperar demasiado. Los ribereños asiduos a este cauce salmonero han visto hasta veinte ejemplares, pero después de un mes de apertura de la veda nadie es capaz de echarlos a tierra. El presidente del Club de Pesca La Socala de Valdés, Gil Ramón Rico, explica que el origen de esta atípica realidad es la escasez de agua. "El nivel del cauce es propio de finales del verano", indica. No ha habido crecidas por el paso de una primavera poco lluviosa y tampoco ha nevado y esto provoca sequía y que se creen isletas en un río "que ya de por sí está sucio". De este modo, los ejemplares tienen más dificultad para remontar y se esconden "en zonas donde hay más agua y vegetación" en un intento de protegerse de sus depredadores

El club tiene constancia de que el primer día de pesca con muerte, el pasado 16 de abril, picó un salmón. Sin embargo, el pescador no pudo echarlo a tierra. La primera semana lo hicieron otros dos. Pero desde entonces, "no hay noticias". "La gente se desanima", dice Rico. De hecho, hay pescadores que no acuden a los cotos en los días que han reservado. "La afición se va muriendo y esta es una zona en la que el pescador veterano no tiene relevo", indica.

El presidente de La Socala advierte de que esta anómala situación perjudica a la zona y también a la pesca como deporte. "El año pasado esperamos por el campanu del Esva quince días; lo que sucede esta temporada, con un mes de espera no tiene precedentes", añade.

El año pasado se pescaron durante la temporada con muerte 16 ejemplares. Esta temporada el bajo caudal perjudica a la pesca en todos los ríos salmoneros de Asturias. En todo caso, Gil Rico va más allá y asegura que este temporada la pesca se hace difícil, pero cada año "entran menos peces en los ríos."

"Y en esto la causa tal vez haya que buscarla en el mar", explica. Los salmones están programados genéticamente para volver a sus ríos de origen. Si no lo hacen "algo pasa". La razón podría encontrarse, dice Rico, en el cambio climático (son ejemplares que buscan aguas frías) y la pesca indiscriminadas en mares del norte de Europa. El presidente de La Socala también advierte de la influencia negativa del cormorán, una especie no autóctona para la que pide un plan de control.

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