La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

CONSTANTINO BADA | Doctor en Teología y cura párroco en Gijón

"La primera traducción completa de la Biblia al castellano está en Oviedo"

"Su traductor, Casiodoro de Reina, es un monje que huye de España y al que el inquisidor general Valdés Salas manda quemar en efigie"

Constantino Bada, ayer, en la Universidad de Oviedo. IRMA COLLÍN

- Casiodoro de Reina. Un desconocido genial.

-Todo un personaje, un hombre que vivió siempre contracorriente. El fundador de la Universidad de Oviedo, Fernando de Valdés Salas, en su etapa como inquisidor general, lo mandó quemar en efigie porque él tuvo que escapar al extranjero. Su importancia histórica es enorme porque hace la primera traducción completa de la Biblia al castellano.

- ¿Y por qué andaba tras él la Inquisición?

-Casiodoro era monje en San Isidoro, en Sevilla, que muchos decían que era un foco herético. En 1557 doce de aquellos monjes, incluido Casiodoro de Reina, huyen a Ginebra y ahí comienza una huida constante porque el hombre tenía una especial cualidad para meterse en problemas.

Constantino Bada logró hace unos meses el doctorado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca por su tesis sobre este extremeño converso al protestantismo, perseguido por católicos y protestantes, que vivió y murió lejos de España y que dejó una obra cumbre, la conocida como la Biblia del Oso (por el grabado de portada que representa a un oso atacando un panal). Quedan en el mundo apenas una treintena de volúmenes de aquella edición histórica de 1569 y uno de ellos está en la Universidad asturiana. Bada dio ayer en el Aula Magna de su edificio histórico una conferencia sobre el tema dentro del ciclo "Biblia y Reforma".

- ¿Cómo es esa Biblia?

-Una joya del Siglo de Oro. Y que Oviedo conserve una es casi un milagro. La Biblia no entra en España porque se consideraba un libro prohibido. Tanto que la Inquisición lo prohíbe incluso un año antes de su impresión en Basilea. Casiodoro hace un trabajo muy honesto, sabía hebreo y griego, coteja los textos y se pasa diez años ocupado con la traducción.

- ¿El peligro entonces para la Inquisición estaba más en el autor que en la obra en sí misma?

-Hay que tener en cuenta que en aquellos momentos la traducción completa de la Biblia estaba prohibida, porque para la Iglesia el latín era la lengua oficial y se tenían dudas de que otras lenguas pudieran estar a la altura. Era peligroso. El traductor lo debía de tener asumido porque la Biblia del Oso aparece sin nombre de traductor y sólo al final del prefacio se encuentran las dos iniciales C. R.

- ¿Cómo se imprimió?

-Llevó su tiempo. El primer encargo se hizo a un impresor que acabó vendiendo su negocio y después falleciendo. Después de mucho intentarlo Casiodoro de Reina vio cumplido su sueño: 2.600 ejemplares, con un formato de Biblia católica, y que no se vendían ni a tiros.

- ¿Qué pasa con Casiodoro de Reina?

-Él empieza la traducción durante su estancia en Inglaterra, donde el embajador Quadra enviaba a la Corte noticias puntuales de los herejes que por allí estaban. Durante la investigación de la tesis encontré mucho documento inédito en Gran Bretaña, en Manchester y en Oxford. Casiodoro acaba casándose, tiene hijos y monta un negocio de sedas. Muere en 1594 en Fráncfort y todavía le quedaban muchas biblias sin vender. Los herederos venden los excedentes a unos impresores que las introducen en el mercado cambiando portadas y fechas.

Compartir el artículo

stats