Los trabajos de la exhumación de Bañugues son una incógnita. Por el momento, el equipo de Aranzadi capitaneado por el forense Francisco Etxebarria tan solo ha dado con un féretro enterrado en una fosa del cementerio, en la que presumiblemente hay otros dos cuerpos más. Los tres son de mujeres de Candás, pero poco más se sabe. "Estoy emocionado, me parece increíble que ocurriera algo así". Habla Juan Rodríguez, nieto de Rosaura Muñiz, una de las candasinas desaparecidas en 1938. La investigación continúa.

El 2 de junio de ese año, un camión falangista con destino al cabo Peñas trasladaba a ocho mujeres desde Candás para ser fusiladas y posteriormente arrojadas por el acantilado hacia el mar. Todas murieron. Sin embargo, dos cadáveres nunca fueron devueltos por la mar. El resto, fueron hallados en los días sucesivos en la costa gozoniega. Dos se trasladaron al cementerio de Luanco, una al de Viodo y tres a Bañugues. Se da la circunstancia que las fosas de las dos primeras localidades fueron "destrozadas" y solo queda la de Bañugues. Los familiares de esas mujeres confían en que la investigación de Etxebarria despeje la incógnita. "Somos biznietas de María Fernández, 'La Papona', solo esperamos que esté aquí y no sea alguna de las que se llevó la mar", indica Miriam Santoveña, que como su hermana Sonia, no perdía detalle de los trabajos de la ARMH y Aranzadi. A pocos metros, Miguel García confía en tener la misma suerte. Su tatarabuela, Aúrea Artime García y sus hijas Plácida y Balbina López "fueron detenidas primero para poder atrapar" a su bisabuelo, Ángel López, anarquista de la CNT y trabajador de las conserveras de Candás y promotor de huelgas en las fábricas. "Estaba fugao en Piedeloro, a ellas las mataron el 2 de junio de 1938 y a él, al día siguiente junto con Pío Solís, secretario del PC de Carreño", añade Miguel García.

Los familiares admiraban cada movimiento de pala del equipo de Etxebarria. Los trabajos comenzaron hacia las nueve y media de la mañana con la excavación de un terreno ubicado en el centro del cementerio bañuguero. "Siempre se dijo que ahí estaban enterradas Les Candases", se oía comentar entre los vecinos y curiosos que no perdían detalle de la operación. "Luego harán las pruebas de ADN y a saber, de cualquier manera nos alegraremos", expresa Sonia Santoveña, que recuerda como su madre, Conchita Fernández, le contó la historia de su bisabuela, María "La Papona", desde que era pequeña.

Etxebarria coordinaba los trabajos y también tenía tiempo para defender que las exhumaciones de represaliados de la guerra civil "tienen un interés no solo familiar, sino social, y además encajan con el discurso en defensa de los Derechos Humanos". También calificó de "insuficiente" la ley de la memoria histórica de 2007 y pidió más compromiso a los Ayuntamientos y comunidades autónomas con esta causa. "Es de agradecer que hoy -por ayer- se acercara el Alcalde -en referencia al regidor de Gozón, Jorge Suárez-"·, concluyó.