Brazos mutilados, cabezas sesgadas, prendas tiradas por el asfalto... Llegan las fuerzas de seguridad. Un grave accidente de tráfico ha dejado siete víctimas en La Morgal. Pero no, no se asusten. Los miembros que hay en la carretera son de plástico, y los fallecidos maniquíes. Se trata del primer simulacro para testar el protocolo de siniestros graves, organizado ayer por el Instituto de Medicina Legal de Asturias (Imlas); una prueba que implica la coordinación entre fuerzas de seguridad, servicios de emergencia, personal sanitario y a la administración de justicia que fue superada con creces.

Precisamente coordinación era la palabra más repetida entre instructores y participantes. Y es que la base de un buen trabajo en la delicada tarea de identificar cadáveres y determinar las causas de la muerte pasa porque "cada técnico realice su tarea escrupulosamente y con la mayor celeridad posible", explican los expertos.

Además del funcionamiento de las diferentes etapas de este proceso, también se analizaron las posibles ubicaciones en las que se podría llevar a cabo una identificación de cadáveres tras una tragedia.

Las instalaciones del Instituto de Medicina Legal tienen capacidad para albergar hasta a una quincena de fallecidos al mismo tiempo. "La Morgal, por los servicios que ofrece, reúne todas las condiciones para acoger víctimas mortales. Aún así, a partir de esta prueba también se despejarán las principales necesidades para desarrollar estas labores lejos de las instalaciones del instituto, y barajar la posibilidad de llevar a cabo la identificación de cadáveres en otras localidades ", explicó la directora del Instituto, Antonia Martínez. La organización tiene en su plantilla 32 trabajadores, "sobradamente preparados", para llevar a cabo estas tareas. Si bien, en caso de una tragedia de grandes proporciones, podrían solicitar refuerzos a otras comunidades.

La de ayer fue la primera vez que se testó este protocolo en el Principado y, pese a ello, los participantes se mostraron "satisfechos" con el resultado. No obstante todos coincidían en una idea: "Mejor no probar el funcionamiento en una situación real".