Francisco Blanco se lleva un "gracias por todo" de Javier Fernández, pero no está nada claro que le haya hecho un favor. Ayer, en la Junta General del Principado, sin más reacción del Gobierno que el agradecimiento escueto del Presidente, la oposición hizo blanco en Fernández a través de Blanco, interpretando con cierta unanimidad la dimisión del consejero de Empleo como el primer efecto desestabilizante del resultado de las primarias socialistas, dejando al descubierto los defectos de su gestión y reclamando en algún caso al jefe del Ejecutivo que aproveche la primera baja de la legislatura para ampliar la remodelación de su gabinete. De la que se iba, el hasta ahora titular de Empleo, Industria y Turismo se cargó ayer bastante más de medio Pleno. Pese a tener tomada la decisión de dimitir, se contaba con su asistencia para responder a nueve preguntas e interpelaciones -tantas tenía que llegó a pedir a IU que le quitaran una-, pero la divulgación de su cese en LA NUEVA ESPAÑA lo hizo desaconsejable. No apareció.

Todos los puntos del orden del día en los que debía intervenir fueron retirados, pospuestos para otra sesión en mitad de una incertidumbre que forzó una junta de portavoces para decidir el camino a seguir, que retrasó una hora el inicio de la sesión de control y cocinó un Pleno descafeinado que únicamente "controló" a la consejera de Desarrollo Rural y al titular de Sanidad. Una sesión con poca tensión, el resto del Consejo de Gobierno ausente, pocos diputados y ninguna referencia dentro del hemiciclo al cese de Francisco Blanco.

En los pasillos, obviamente, sí. El portavoz del grupo socialista jura que se enteró ayer mismo por la mañana. "Sabía que el hombre estaba pensando en dejar la política", dice Fernando Lastra antes de incluir el matiz. "La política o la consejería, son cosas de él, yo no lo sé. Está en su derecho, no conozco ninguna motivación". Ni interpreta políticamente una renuncia que sobre todo desde la izquierda la oposición descifrará por él. "Una de las consecuencias de las primarias del PSOE", empieza Gaspar Llamazares, inquieto ante la posibilidad de que ese proceso "tuviese como efecto la desestabilización de la situación política en Asturias" y convencido de que el Gobierno debe, aprovechando esta circunstancia sobrevenida en el ecuador de legislatura, "plantearse si no es el momento para relanzar el cambio político en Asturias y remodelar el Gobierno". El hasta ahora ha sido "anodino"; el por dónde empezar a cambiar el gabinete "debe analizarlo el Presidente", aclara el portavoz de IU antes de recordar que "la Junta ha dado su opinión en diversas iniciativas" de reprobación, las de las consejeras de Desarrollo Rural e Infraestructuras, María Jesús Álvarez y Belén Fernández, respectivamente.

Sin mencionar tampoco que Francisco Blanco fue apoyo de Pedro Sánchez, ni que últimamente alternó presencias en actos de la candidatura de Patxi López con mítines de afines al recién elegido secretario general del PSOE, el portavoz parlamentario de Podemos, Emilio León, también aprovecha para interpretar que "el resultado del domingo influye en las decisiones de quienes piden un cambio en las políticas del PSOE". A esas alturas, el resultado del proceso de relevo al frente del socialismo español se había hecho cargo del orden del día de la jornada en los pasillos de la Junta. Sin conocimiento de los motivos personales del dimisionario, León aprecia "motivaciones políticas de sobra para un cambio en la gestión del empleo" en Asturias y ve aquí otro indicio de que el Principado es "un barco a la deriva en el que Javier Fernández ha pasado de capitán a grumete". Para la formación morada, la nueva dirección socialista hace desear "un cambio, un nuevo ciclo en la actitud del PSOE hacia Podemos" y las primarias socialistas abren, esto sí, "un espacio interesante de apertura política, una oportunidad para saber distinguir a quienes quieren cambios de verdad de quienes pretenden sólo cambios de silla".

El diputado del PP Pedro de Rueda cuenta "la historia de un fracaso absoluto, el de la gestión del Principado en materia de empleo y turismo", "síntomas de un gobierno decadente". Nicanor García (Ciudadanos) también identifica "la primera consecuencia" de las primarias sobre las instituciones asturianas mientras emplaza a Javier Fernández a "tomar decisiones para que estas cuestiones internas no repercutan en el buen funcionamiento de las instituciones" y Cristina Coto (Foro) coincide en el vocabulario con el PP. Observa en la estela que deja la salida de Blanco "los efectos del completo fracaso de la gestión política" de Fernández, "tanto al frente de la gestora como en Asturias". "Parece que todo lo que toca resulta destruido", remata.