La fundadora de la Asociación Regional de Casas de Aldea (Arca) Isabel Campuzano Pérez del Molino falleció ayer, a los 68 años de edad, rodeada de los suyos en su vivienda familiar del Palacio de Sorribes (Piloña). Campuzano nació en Santander y era hija de los condes de Mansilla. Al acabar sus estudios secundarios se trasladó a Oviedo para cursar la licenciatura de Derecho.

En octubre de 1971 se casó en los Corrales de Buelna (Cantabria) con el piloñés José María Martínez-Noriega, con el que tuvo cuatro hijos: Isabel, Lucía, Pilar y Ángel. Tras contraer matrimonio se instaló definitivamente en Asturias, a caballo entre Oviedo y Sorribes, donde residía su familia política. Amante de los viajes, descubrió el concepto de turismo rural en Suiza a finales de los años 80 del pasado siglo y consciente de sus potencialidades se decidió a promocionarlo en el Principado, inaugurando sus primeras tres casas rurales en Sorribes en 1991, que con el tiempo ampliaría hasta las 14 construcciones.

Junto a socios como Carmen Sela o José Brime da forma a mediados de los años 90 a Arca, una asociación compuesta por 150 propietarios de casas de aldea de Asturias que busca dar visibilidad y valor al turismo rural regional. Campuzano ocupó el cargo de presidenta de Arca hasta las últimas elecciones, en que fue sustituida por Ana Soberón y pasó a ocupar el cargo de vicepresidenta.

Entre sus logros al frente de Arca se encuentra por ejemplo la expansión del saneamiento rural, según explicó su primogénita, también llamada Isabel. "Consiguió hablando con unos y con otros que se cambiara la ley para que los pueblos que carecieran de este servicio no tuvieran que pagar ese impuesto, como hasta entonces sucedía", contó.

"Era una persona extraordinariamente fuerte, muy detallista, que trabajaba con mucho tesón para conseguir aquello que creía que era justo", aseguró la descendiente. "También era muy familiar. Le gustaba hacer planes para que estuviéramos todos unidos y en verano le encantaba tener a sus diez nietos por Sorribes acompañándola. Se sentía muy asturiana y piloñesa", dijo.

En la misma línea se expresó el marido de la fallecida, que puso en valor el esfuerzo de ésta por dar a conocer en Asturias el concepto de turismo rural. "Los principios fueron duros pero ella era el perfecto ejemplo de eficacia y siempre luchó por los intereses de los demás y porque otras familias pudieran asentarse y vivir de ello", aseveró.

En el año 2002 cedió de forma altruista su imagen para una campaña promocional de Asturias llevada a cabo por la Caja de Ahorros de Asturias.

Las muestras de cariño de vecinos y amigos no dejaron de sucederse durante todo el día en el Palacio de Rubianes, en cuya capilla se celebrará hoy a mediodía el funeral por su descanso.