Los efectos sobre la salud empiezan a notarse. Asturias registra menos casos de enfermedad y muerte de origen cardiovascular, y en particular menos infartos de miocardio, desde la entrada en vigor de la ley antitabaco a inicios de 2006 (una norma endurecida en 2011). Las autoridades sanitarias subrayaron ayer que, además de los beneficios para la salud, ya puede decirse que la citada legislación (que prohíbe el consumo de tabaco en espacios públicos cerrados), que fue muy criticada en su día por los hosteleros, no ha influido de forma negativa sobre la economía de este sector. De otro lado, los médicos de la región dieron a conocer una encuesta según la cual tres de cada cuatro fumadores asturianos "han hecho al menos un intento para dejar de fumar", y seis de cada diez "estarían de acuerdo en que se aumentase el precio y los impuestos al tabaco" como medida para reducir el consumo.

Todas estas consideraciones fueron planteadas en el marco de una rueda de prensa informativa celebrada en la Consejería de Sanidad con motivo de la conmemoración mañana, miércoles, del Día Mundial sin Tabaco. Según Antonio Molejón, director general de Salud Pública del Principado, en Asturias fallecen cada año a causa del tabaco unas 2.250 personas (alrededor de seis diarias). Siete de cada diez son hombres. Y si se atiende a la enfermedad causante de la defunción, la distribución es la siguiente: 40 por ciento, cáncer; 39 por ciento, enfermedad cardiovascular, y el 21 por ciento restante, patología respiratoria.

El tabaquismo pasivo (o sea, respirar el humo que producen los fumadores cercanos) constituye un problema de enorme incidencia que los especialistas están empeñados en combatir sin tregua. Según el doctor Molejón, la magnitud de esta lacra "ha disminuido sustancialmente en los espacios públicos con la ley de 2011", pese a lo cual "continúa siendo un problema muy importante en el ámbito privado". Se estima que más del 15 por ciento de los no fumadores "son fumadores pasivos en el hogar".

En este mismo epígrafe del tabaquismo pasivo, los técnicos de la Consejería de Sanidad hicieron hincapié en dos datos. El primero, que el síndrome de muerte súbita infantil "es más frecuente en los bebés cuyas madres fumaron en el embarazo o que están expuestos al humo de segunda mano después del nacimiento". Segundo dato: "El riesgo de muerte por cardiopatía isquémica aumenta entre un 20 y un 30 por ciento para la persona que no fuma siendo su cónyuge fumador".

Además del director general de Salud Pública, en la rueda de prensa intervinieron el jefe del servicio de Promoción de la Salud y Participación de la Consejería de Sanidad, José Ramón Hevia; el presidente de la Sociedad Asturiana de Patología Respiratoria (Asturpar), Manuel Ángel Martínez Muñiz; el vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos de Asturias, Ricardo González Filgueira, y José Manuel Iglesias Sanmartín, coordinador del grupo de tabaquismo de la Sociedad Asturiana de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc).

El doctor Muñiz puso de relieve que desde el año 2000 ha venido disminuyendo la mortalidad masculina atribuida al tabaco y, en cambio, ha aumentado la de mujeres. Entre tanto, José Manuel Iglesias Sanmartín dio a conocer los resultados de una reciente encuesta realizada por la Samfyc, según los cuales el 76 por ciento de los fumadores asturianos "han hecho al menos un intento de dejar de fumar, y sólo el 7 por ciento utilizó medicamentos en ello". Como dato llamativo, el 8 por ciento de los consumidores de tabaco admitieron que también recurren al cannabis.