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MARÍA LUISA CARCEDO | Senadora del PSOE, afín a Pedro Sánchez

"Javier Fernández no tiene que pedir perdón sino rendir cuentas"

"El debate sobre la propuesta de Sánchez de la España plurinacional es cansino; no se pone en riesgo la unidad del Estado español, al contrario"

María Luisa Carcedo, en una carbayeda de Somió (Gijón). ÁNGEL GONZÁLEZ

Lleva en el PSOE desde 1975 pero el pasado verano vivió sus momentos más duros en el partido, que culminaron con el amargo Comité Federal del 1 de octubre, un episodio del que quiere pasar página pero que ha dejado una huella indeleble en el socialismo asturiano. María Luisa Carcedo (San Martín del Rey Aurelio, 1953) apostó por Pedro Sánchez en las primarias de 2014 mientras la mayoría de la FSA se decantaba por Eduardo Madina y permaneció fiel a esa opción con un coste alto, asegura. Ahora, con la satisfacción de la victoria de Pedro Sánchez en las primarias prefiere "callarlo casi todo" porque en el partido pone "mucho corazón".

- ¿El frentismo en el PSOE ha quedado superado con las primarias?

-Eso espero. Un ejercicio de democracia como el vivido no puede significar divisiones ni frentismos. Cada cuatro años el PSOE se abre en canal, democráticamente. El resultado final tiene que ser el fortalecimiento del PSOE. Para ello deben darse tres condiciones en la organización.

- ¿Cuáles?

-La primera, aceptar los resultados con lealtad; la segunda, el reconocimiento de la autoridad política que salga del congreso y la tercera, el respeto a los compañeros elegidos y al funcionamiento de los órganos. Estoy convencida de que estamos ante un hito en la historia del PSOE y servirá para remontar y recuperar la confianza de la ciudadanía en un partido que está debilitado.

- ¿Necesita una pacificación el PSOE como la que vivió la Federación Socialista Asturiana en 2000?

-Tenemos que ser capaces de utilizar los instrumentos democráticos de los que nos dotamos en positivo.

- ¿El proyecto de Pedro Sánchez, traducido en enmiendas a la ponencia del congreso federal, revoluciona el modelo del partido?

-El proyecto de Pedro Sánchez recibió 97.000 propuestas y sugerencias a través de las redes. Tuvo una amplísima participación. Supone cambios en la estructura del partido que profundizan en la democracia interna pero no es ninguna novedad porque el PSOE ha vivido muchísimos cambios a lo largo de su historia, ha evolucionado.

- ¿Habrá rodillo para implantar el cambio de modelo que pretende Pedro Sánchez?

-No sé interpretar la palabra rodillo. Este proceso, como en todos los congresos de este partido, se resuelve votando. No es rodillo, es democracia.

- ¿Pesa la amargura del 1 de octubre en todas esos cambios para evitar que se produzcan situaciones parecidas?

-Espero que no se vuelva a repetir. Evidentemente el recuerdo es amargo pero hay que superarlo. Con los cambios queremos que haya más coherencia interna en las decisiones.

- ¿Aquel Comité Federal marcó un punto de inflexión?

-Prefiero pasar página pero todavía hoy seguimos sin conocer la base y los argumentos para poner una gestora que no estaba prevista en los estatutos del PSOE. El congreso delega en el Comité Federal pero cuando dimitió más de la mitad de los miembros de la ejecutiva, lo que se debía haber convocado era un congreso federal extraordinario. No se trata de remover aguas pasadas pero fueron meses de insultos y vejaciones para forzar la salida de Pedro Sánchez. Hubo discursos coordinados para violentar las estructuras del partido.

- ¿En esos meses se sintió apartada o ninguneada?

-No es cuestión de sentimientos míos. Fue algo objetivo. Era la secretaria general del grupo socialista en el Senado y sin ninguna explicación ni ninguna razón se tomaron decisiones que no parecen muy lógicas en una situación transitoria del partido.

- ¿Está dolida?

-Aquí no estamos por oposición. No me costó ni media palabra con un compañero y con la misma sonrisa con la que entré, salí. Estoy en el partido no sólo con la cabeza, también tengo mucho corazón, prácticamente toda mi vida y la sonrisa no me la quita nadie.

- ¿Qué le pareció la labor de la gestora presidida por Javier Fernández?

-Se excedieron al darle unas competencias como si fuera una comisión ejecutiva. No había precedentes de algo así.

- ¿La decepcionó Javier Fernández al poner al PSOE rumbo a la abstención que suponía la investidura de Rajoy?

-No es que me haya decepcionado, él decidió aceptar ese papel y ya está.

- Esa abstención es el mayor error en la historia reciente del PSOE.

-Fue un gran error porque a nada que pulsaras la calle y a la militancia te dabas cuenta de que eso no se sostenía. Facilitar una segunda legislatura al PP, con lo que habíamos vivido, tenía mucha trascendencia. El PP no tuvo la actitud de negociar de forma corresponsable con todas las fuerzas para desatascar la situación. Rajoy desde el 21 de diciembre de 2015 se cruzó de brazos para que se lo dieran todo hecho y si de paso se cargaba al PSOE, miel sobre hojuelas. La presión a la que se sometió al partido para facilitar, por activa o por pasiva, el gobierno del PP fue brutal, inaudita, incluidos insultos a Pedro Sánchez de todo tipo. El PP tuvo una actitud chulesca, quiso invadir la autonomía del PSOE.

- ¿Debe pedir perdón Javier Fernández por haber estado al frente del PSOE que decidió esa abstención?

-Lo de pedir perdón queda para la iglesia. En política no se trata de pedir perdón sino de rendir cuentas.

- Usted fue una de las más estrechas colaboradoras de Javier Fernández. ¿A qué obedece su distanciamiento político?

-En política tu optas y ya está. Cada uno, según su visión de la organización, toma decisiones. En su día apoyé a Pedro Sánchez aunque aquí se apoyó a Madina; yo estaba en la ejecutiva de Pedro Sánchez y era corresponsable de todo lo que sucediera allí y esa fue mi posición. Asumí las consecuencias de lo que pasó aquel fatídico 1 de octubre y evidentemente era corresponsable y como tal tenía que tomar las decisiones en consecuencia El partido es algo muy serio y sobre tienes que ser honesto. Yo intento ser honesta en mis posiciones con el partido y seguro que cada uno lo es también, aunque sea con una visión diferente. Aquí no hay verdades reveladas. Ese fue el devenir de los hechos, no hay que dramatizar más.

- ¿Qué le parece que Javier Fernández haya decidido agotar los dos años que le quedan de mandato en la presidencia del Principado?

-Javier es una persona muy responsable. No me cabía ninguna duda de que iba a seguir al frente de la presidencia de Asturias, es una decisión lógica. Ser presidente de Asturias es un cargo muy importante.

- ¿Le molesta que el secretario general de la FSA se haya reunido días atrás con 200 afiliados?

-No sé para que fue la reunión pero si se habló de buscar un frente creo que ahora no toca eso. Estamos preparando un congreso federal y una parte importante del mismo ya se decidió democráticamente. Perdurar en las corrientes que se generaron no parece lo que más conveniente para el PSOE en estos momentos.

- Tras el congreso federal toca el autonómico. ¿Habrá más de una lista en Asturias?

-No sé quien pretenderá presentarse. Hay unas reglas internas y quien las cumpla podrá hacerlo tranquilamente.

- ¿Habrá una pugna entre javierismo y adrianismo?

-No lo sé. Desconozco quien tendrá pretensiones. Pero tengo la seguridad de que todo este proceso supone un revulsivo importante para el partido, un punto de anclaje potente. Recuperamos el proyecto y haremos una estupenda resolución para dar respuesta a los desafíos de la socialdemocracia frente a las políticas neoliberales que calan como lluvia fina.

¿Cómo encaja una jacobina como usted, guardiana de las esencias del PSOE, la idea de una España plurinacional?

-Se están sacando las cosas de quicio. Nadie cuestiona que la soberanía resida en el conjunto del pueblo español. Si el PSOE no da respuesta al enorme desafío del independentismo catalán, y los vascos no van a la zaga, estaremos ante un problemón y vamos al estrelladero como país. No se pone en riesgo la unidad del Estado español, al contrario. La mejor prueba es la llamada de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy, cuando ni siquiera se dignó a felicitarlo, para decirle que aquí está el PSOE. Respetamos la Declaración de Granada. Dicen Felipe González y Gregorio Peces Barba lo de nación de naciones y parece que no lo han dicho, pero lo dice Pedro Sánchez y se cae el mundo. Ya resulta cansino.

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