Los fiscales anticorrupción que investigan el origen de la fortuna del exlíder minero José Ángel Fernández Villa y su lugarteniente y expresidente del Montepío, José Antonio Postigo, son "para echarse a temblar, duros y descarnados", según los describieron varias fuentes que han tenido que "lidiar" con ellos en investigaciones y juzgados. Su historial lo confirma. Carmen García Cerda fue una de las investigadoras del "caso Lezo", que provocó la detención del expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y que acabó obligando al fiscal jefe de Anticorrupción, Manuel Moix, a dimitir.
Junto con su compañero Carlos Yañez, se negó a cumplir la orden de Moix de paralizar el operativo, y forzaron una reunión de la Junta de Fiscales para reforzar su posición. Hacía una década que no se daba una situación similar.
Pero éste no es el único caso conocido que figura en su expediente. También están el "caso Púnica", y la investigación al ya también expresidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, por presunto desvío de fondos públicos. Y antes que éste, el de corrupción en Terra Mítica, entre otros. "Es muy profesional. Pero también fría y hasta descarnada", la definió un abogado que ya se ha visto obligado a tratar con ella.
Ignacio Stampa no es muy diferente, según quienes dicen conocerle en el campo profesional. Llegó a Lanzarote en 2004 y hasta que se le concedió plaza en la Fiscalía Anticorrupción en 2016 impulsó la mayor parte de los casos contra la corrupción en la isla. También fue fiscal de medioambiente y urbanismo y sus actuaciones no pasaron desapercibidas, con operaciones en las que acabaron detenidos e imputados conocidos políticos y empresarios lanzaroteños.
Stampa se encargó del caso de corrupción Unión, en el que estuvieron implicados políticos y empresarios. También de los casos bautizados como "Yate" -una trama con 11 detenidos por la concesión masiva de licencias ilegales en Playa Blanca-; el "Stratvs", por la construcción ilegal de unas bodegas, y el "Montecarlo" -presunta malversación municipal-, entre muchos otros. "Es implacable y extemadamente duro para los investigados y para sus abogados", aseguraron las mismas fuentes.
Ambos acostumbran a solicitar cuantiosas fianzas que acompañan a sus solicitudes de prisión para los implicados en las tramas que investigan.
