El Regimiento "Príncipe" número 3 cambia de hipotético escenario de despliegue. Si durante el año pasado, como parte de la brigada Spearhead ("Punta de lanza") de la OTAN, encaminaba su entrenamiento a una posible operación para repeler un ataque ruso en las repúblicas bálticas, Polonia o Ucrania, ahora el nuevo reto es prepararse para la lucha contra el yihadismo y el despliegue en un escenario urbano. La unidad con base en el acuartelamiento "Cabo Noval" de La Belga (Siero) aún continúa sin tener asignada una misión internacional para el año que viene, aunque entre los escenarios que se sopesan están el Líbano o Irak, en pleno hervidero de Oriente Próximo. El regimiento celebró en la mañana de ayer el quincuagésimo primer aniversario de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (Brilat) con un acto en el acuartelamiento que finalizó con un desfile de los dos batallones de la unidad, el "San Quintín" y el "Toledo".

"Tenemos muchas ganas de que nos designen a nosotros, o al menos a una parte de nuestro regimiento, para ir a operaciones, pero no es una decisión que esté tomada y corresponde tomarla al general en jefe de la brigada", indicó el coronel jefe del "Príncipe", Raimundo Rodríguez Roca. "Como ésta es una unidad grande confiamos que alguien al menos pueda ir a esas operaciones previstas, a partir de noviembre de 2018, que son el Líbano e Irak", añadió. En caso de que fuese designado para alguna operación, el grueso lo formaría un batallón y se completaría con miembros de las otras unidades. Ambas operaciones, Líbano o Irak, "son muy buenas misiones, en ambas se contribuye a fortalecer la seguridad y a proteger desde lejos los intereses de España".

En su alocución durante el acto, Rodríguez Roca hizo referencia al terrorismo yihadista, que está "acelerando su ritmo". Una de las misiones en las que podría participar la unidad, señaló, tendría que ver con la lucha indirecta contra el terrorismo, con tareas de adiestramiento y refuerzo de capacidades de las fuerzas de combate iraquíes. Rodríguez Roca indicó en su alocución que el regimiento está preparado para "ser empleado en los escenarios de mayor fatiga y extrema dificultad", incluso "escenarios urbanizados", donde puede ejercerse una acción "por y para la población civil".

El "Príncipe", añadió, ha demostrado que está a la altura de las exigencias de una fuerza multinacional como la OTAN, como demostró el hecho de que, en 2016, el batallón "San Quintín" fuese el núcleo de la brigada "Punta de lanza" de la organización atlántica. El batallón sigue formando parte de la brigada, aunque el mayor peso lo llevan ahora los británicos, y aunque la unidad del "Príncipe" sigue en alerta, ésta "es más baja, con una disponibilidad a 45 días", explicó Rodríguez Roca.

Durante el acto de ayer, con presencia de los dos batallones de la unidad, y algunos de sus medios, como los "Lince", los Vamtac, los BMR y los RG31 Nyala que se desplegaron en la última misión en Afganistán (2012), se hizo un repaso de la historia del Regimiento, "el segundo más antiguo del mundo", que ha merecido tres corbatas de la Laureada Colectiva de San Fernando, que exige "de un juicio de contraste y un número determinado de bajas en combate". La celebración tuvo uno de sus hitos en la entrega de diversas condecoraciones a los miembros del Regimiento y también la del premio Azor 2017 a Rafael Bernardo Fernández, jefe de área de Seguridad Marítima, "por su disponibilidad para la colaboración facilitando el empleo de las instalaciones de Sasemar".