La Universidad de Oviedo dará hoy luz verde a la convocatoria de nuevas plazas de catedrático, un proceso sobre el que algunos de los aspirantes creen que se han empleado unos criterios y un procedimiento de "muy dudosa legalidad", en el sentido de que no se atiende al criterio de antigüedad. Ahora se da prioridad a otros aspectos como la dedicación docente del área de conocimiento, el envejecimiento de la plantilla en ese área, la estructura de la plantilla en ese área, o los sexenios acumulados en el área. El problema es que la puntuación final no es el resultado de sumar lo obtenido en cada criterio sino de multiplicar esa suma por la raíz cúbica del número de personas acreditadas en el área de conocimiento. Esto significa que la asignación de la plaza ya no depende del mérito individual de cada candidato sino que es más importante que haya colegas acreditados en el área frente al criterio de la antigüedad en la acreditación. ¿El resultado? Se favorece a áreas con mucho profesorado en detrimento de otras más pequeñas.