Los fiscales de Anticorrupción intentaron tirarle de la lengua al exconsejero de Industria Graciano Torre cuando se le tomó declaración en calidad de testigo el pasado 1 de junio. Torre se mantuvo en un tono neutro. "Mi relación con Villa era ¿tormentosa?, no sé si sería la palabra; tuvimos choques permanentes. Era una persona difícil de establecer diálogo con ella", relató. "Los debates eran interminables, había controversia continua. A veces estuvimos cinco meses discutiendo. La relación con José Ángel era de aquella manera", añadió.

Torre negó que Villa tuviese influencia en la Consejería. "Tenía capacidad de interlocución; influencia, no, de ahí quizá las desavenencias. Nosotros operábamos en la Consejería por el criterio de lo que decía la ley y por más que se intentase tal, nosotros íbamos al pozo correspondiente, hacíamos los informes y a veces el sindicato (minero) no estaba de acuerdo", aseguró Torre.

Antes de que la mesa regional de la minería tratase la construcción del geriátrico, a Torre le llamó la secretaria de Villa para concertar una reunión a la que acudió Postigo. Allí le hablaron por primera vez del proyecto. Ya en la mesa, el Principado, dijo, dio su beneplácito, con la salvedad legal de que superaba el límite para los proyectos de entidades privadas. "A mi me dio la impresión de que ellos algo habían hablado con Madrid, con el Instituto para la Reestructuración de la Minería", aseguró. "Cuando iban al Ministerio a hablar de los cupos de carbón y otras cosas, trataban estos temas", añadió.