La bautizada como "operación Hulla" se empezó a fraguar el pasado mes de abril, cuando la Fiscalía Anticorrupción presentó su querella en los juzgados asturianos para su tramitación. En ella ya solicitaba el secreto de sumario y los registros que se practicaron el 30 de mayo pasado.

Por el medio hubo una ampliación del periodo de secreto de sumario porque faltaba documentación que la Fiscalía Anticorrupción necesitaba para "tener amarrado" el caso antes de proceder a los registros y al bloqueo y embargo de las cuentas y productos bancarios de los investigados y de todo su patrimonio.

Fuentes próximas a la investigación relataron que los agentes de la Unidad Central Operativa y los fiscales anticorrupción Ignacio Stampa y Carmen García Cerdá llegaron a Oviedo el lunes día 30, para ultimar los preparativos de la "operación Hulla". Es decir, organizando los dispositivos para actuar de manera simultánea en Oviedo, Pola de Lena, Murcia, Valladolid y Madrid.

La misión de los agentes de la UCO era detener a los principales implicados en la trama y proceder al registro de sus domicilios y sedes de las empresas que se utilizaron en las operaciones presuntamente fraudulentas. La operación se prolongó durante toda la jornada, mientras simultáneamente se citaba a numerosos testigos a declarar.