La spinoff universitaria Dropsens se ha convertido en la primera firma vinculada a la institución académica asturiana adquirida por una multinacional. La suiza Metrohm ha tomado el control del 90% de la empresa impulsada en sus inicios por el catedrático de química analítica Agustín Costa.

En rueda de prensa, el rector de la Universidad de Oviedo Santiago García Granda ha destacado el valor de esta operación que "ayuda a dar prestigio a la institución". Dropsens que ya vendía en 50 países y cuenta con una plantilla de 19 personas prevé ahora un nuevo impulso en su estructura organizativa sin salir del Principado. Su sede continuará en el parque tecnológico de Llanera. "La tarea que se les avecina es ilusionan te y prometedora", manifestó el Rector.

Dropsens nació en el año 2006 y es la primera de la cuatro spinoff impulsadas por Agustín Costa. Especializados en el desarrollo de sensores miniaturizados, su aplicación al campo de la medicina y medio ambiente les ha abierto a colaboraciones en todo el mundo. "Hemos decidido lo mejor para la empresa y que una multinacional se arraigue en el Principado", declaró Costa. "Nos hemos hecho útiles, prácticos y aplicables", agregó el catedrático de química analítica. La última aplicación de los productos de Dropsens se logró recientemente en Panamá a dónde se desplazó agustin costa por un proyecto en colaboración con el gobierno de aquel país y la organización internacional nuclear donde se aplicó la sensorica de la spinoff asturiana para la detección de pesticidas en cultivos.

El grupo Metrohm está especializado en el desarrollo y fabricación de instrumentos analíticos de precisión y métodos de análisis químicos para la industria, principalmente el sector petroquímico, farmacéutico y agroalimentario. Están presentes en más de cien países, emplean a unos 2.500 trabajadores y tienen un volumen de negocio de 400 millones de euros. Con su entrada en Dropsens, la startup asturiana da un salto de gigante en su estructura y proyección internacional. "El hito es importante por el hecho de que nuestros doctores tengan la posibilidad de ser emprendedores dentro y fuera de la Universidad. Lo que intentamos es que todas estas iniciativas aporten a la economía asturiana y mundial", concluyó el Rector.

Agustín Costa reconoció que en sus inicios en la investigación fue “cliente fiel” de la multinacional que ahora ha adquirido Dropsens. Según explicó, en su momento presentó a la empresa su idea de negocio, para colaborar en las líneas en las que hoy trabaja la spinoff universitaria, pero fue rechazado. “Aquello no entraba en sus prioridades”, recordó Costa como anécdota, “hoy son ellos los que han comprado la empresa 11 años después”.