El dueño de la constructora Alcedo de los Caballeros, Juan Antonio Fernández, se habría beneficiado de unos 38 millones de euros desde el año 2003 y hasta 2015 en obras encargadas por el Montepío de la Minería, incluyendo la construcción del geriátrico spa de lujo de Felechosa. La cifra la ofreció ayer el presidente de la entidad, Juan José González Pulgar, antes de que se iniciara la bronca asamblea general anual en la que el "caso Hulla" y la actuación de los actuales directivos de la entidad centraron la discusión.

Los críticos con la actual dirección de la entidad, agrupados en la Asociación de Mutualista que preside Alberto Rubio, abandonó la asamblea al negarse en rotundo la dirección a dimitir. Las cuentas de 2016, con más de 630.000 euros de beneficios tras años de pérdidas, salieron adelante con los votos de mutualistas y delegados del SOMA.

El enfrentamiento en el seno del Montepío es evidente y parece incluso insalvable entre la actual dirección del Montepío y los integrantes de la Asociación de Mutualistas, la mayoría afiliados de CC OO y contrarios también a que su sindicato abandonara el patronato de la entidad, en la que era socio protector.

A lo largo de la mañana se mezclaron los aplausos y los insultos, que fueron desde "sinvergüenzas" hasta "mafiosos", aunque algunos de los que pronunciaron palabras tan gruesas se disculparon posteriormente.

El presidente del Montepío advirtió a este sector crítico de que "tienen mucho que callar" respecto a las investigaciones del "caso Hulla", ya que CC OO formaba parte del patronato y Alberto Rubio era el secretario general en Asturias de este sindicato en 2003. Esa fecha es "clave", según Postigo, porque es cuando José Antonio Postigo, lugarteniente del exlíder del SOMA José Ángel Fernández Villa, entró como coordinador entre el Montepío y su sindicato, y empezaron a producirse "extrañas coincidencias que generan dudas". Es a partir de ahí cuando se venden chalés en Murcia y se compra el aparthotel de Almería en una operación que acabó en los tribunales. Y también numerosas obras en los dos residenciales de vacaciones y en el balneario de Ledesma. La construcción de Felechosa sería el punto álgido alcanzado por la presunta "trama Hulla".

La Asociación de Mutualistas, por su parte, insiste en reclamar que se levanten las alfombras y se investigue todo lo que sea necesario y que "caiga quien tenga que caer". Hasta ahí, de acuerdo con la dirección del Montepío. El problema surge precisamente con quiénes integran esa dirección, que según los críticos, "tienen que dimitir porque "el 90% de sus integrantes llevan 20 años dirigiendo la mutualidad y no están legitimados para dirigir ninguna investigación". Pero la realidad, según Alberto Rubio, es que "el SOMA está atrincherado en el Montepío" y sus representantes, que son los actuales dirigentes, incluido el presidente, "que fue puesto por el SOMA, están haciendo mucho daño a la entidad y llevan tiempo pegándose tiros al pie". Los críticos exigen un cambio en los estatutos para que cada mutualista sea un voto.

Rubio también replicó a Pulgar que en 2003 él mismo había encargado una investigación sobre el Montepío en CC OO y advertido de que había que tomar medidas para evitar desmanes. "Pero el poder y el control siempre lo tuvo el SOMA, que incumplió el acuerdo de turnarse en la presidencia de la mutualidad".

Finalmente, los críticos se fueron sin votar y las cuentas salieron adelante con el 94,5% de apoyo de 124 votantes. Se habían acreditado 202.

Tras la asamblea, el presidente del Montepío aseveró que la dirección ya está preparando una modificación de los estatutos, pero "sin prisas".