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CARMEN SANZ CHACÓN | Psicóloga clínica experta en superdotación y altas capacidades

"Muchos superdotados acaban en tareas rutinarias, por debajo de su capacidad"

"Sería maravilloso que hubiese colegios especiales en España, los hay en todo el mundo" "Falta formación en profesores, psicólogos y pediatras"

Carmen Sanz, en el Palacio de Congresos de Oviedo. MIKI LÓPEZ

La psicóloga clínica Carmen Sanz Chacón fue ayer una de las participantes en el I Congreso internacional de altas capacidades y superdotación, que se celebra hasta hoy, sábado, en el Palacio de Congresos de Oviedo, organizado por la Asociación Enol, y que se abrió con una conferencia del pediatra Javier Berché. Autora de "La maldición de la inteligencia", directora de El Mundo del Superdotado, Sanz -superdotada ella misma- sostiene que la falta de identificación de los superdotados en la infancia crea adultos que pueden acabar en trabajos rutinarios, con una gran sensación de fracaso. Aboga por que cada centro tenga un aula especial para superdotados: estos niños podrían hacer las cosas que les interesan, relacionarse con chicos similares y no sentirse tan raros.

- ¿Por qué fracasan los superdotados en los estudios?

-Son niños que tienen una capacidad muy superior a la de sus compañeros y durante toda la Primaria se acostumbran a no trabajar. Van aprobando sin problema. En la Secundaria, cuando tienen que hacer un mayor esfuerzo, no saben estudiar. Suelen aprobar el primer curso, en el segundo empiezan a tropezar y en tercero y cuarto es cuando tienen problemas. Si se une la adolescencia, pueden entrar en un bucle de ansiedad y problemas de concentración que les impide continuar. Fracasan porque no se les ha identificado a tiempo.

- ¿Qué hacer entonces?

-Si se les identifica a tiempo y se les da una educación especial, no tienen por qué fracasar. Lo que recomendamos es acelerarles de curso. La ley permite subirles tres. Lo ideal es que entre primero y tercero de Primaria se les suba un curso, que entre cuarto y sexto se les suba otro y que en la ESO se les adelante uno más. Conseguimos así que no estén desmotivados y aburridos y no se acostumbren a no hacer nada en clase; por otra parte, les viene bien estar con niños mayores, porque tienen un desarrollo emocional más alto. Un niño superdotado de 8 años tiene una edad mental de 11.

- ¿Está el profesorado preparado para identificarlos?

-En España no tiene formación en este campo, pero tampoco los psicólogos, los pediatras ni los psiquiatras. Los profesores piensan que un niño de altas capacidades es el que saca buenas notas, lo que no es verdad. Nosotros estamos trabajando mucho para dar formación a los profesores para identificar a estos niños. Luego, cuando tienen problemas, se acude al psicólogo o al psiquiatra, pero tampoco hay formación. Por eso salen diagnosticados con un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Los profesionales no se dan cuenta de que están ante un superdotado que no está identificado y que debe ser tratado, y que es lo que hace que ese niño tenga un comportamiento anómalo.

- ¿Qué efecto tienen los fármacos del TDAH sobre ellos?

-A largo plazo no se conocen. Pero si a un niño que es inquieto, que tiene mucha curiosidad, se le da esa medicación, se le apacigua, lo que tampoco es bueno. Los niños superdotados son más hiperactivos que el resto. Cuando se aburren, no prestan atención y por eso se les confunde con casos de TDAH. No necesitan medicación, sino educación especial. Si a este niño lo tenemos haciendo cosas que le interesan, no va a molestar y no necesitaremos darle la pastillita.

- ¿Educación no reglada?

-Lo que estamos proponiendo a todos los centros es que haya un aula de altas capacidades en la que los superdotados puedan estar con niños similares algún día a la semana. Eso les permite profundizar en los temas que les interesan y relacionarse entre ellos, lo que es muy positivo, porque dejan de verse como bichos raros. Un gran problema que tienen estos niños es que piensan que no les comprenden. En un 50 por ciento de los casos sufren acoso escolar. Si a un niño le gusta la música, se le lleva a un conservatorio, donde hay niños con los mismos intereses. Si hubiese colegios especiales, sería maravilloso. En la mayoría de los países avanzados hay colegios de este tipo, salvo en España.

- ¿Hay muchos?

-Identificados, según las últimas estadísticas del Ministerio, que son de 2015, hay del orden de 20.000, pero nosotros creemos que sin identificar hay otros 140.000. El 2 por ciento de los estudiantes son superdotados, tiene un coeficiente de inteligencia (CI) de 130 o superior. Si hablamos de altas capacidades, de niños con un talento especial, pueden llegar al 5 por ciento. Habría que incluir entre los superdotados a aquellos con un CI de 120, que también tienen problemas.

- ¿Cómo lo llevan los padres?

-Actualmente muy mal, porque se encuentran con la incomprensión de los centros educativos y los propios profesionales. Son niños complicados de llevar por los padres. Y al final terminan dándoles la pastilla.

- ¿Pueden llegar a ser adultos con problemas?

-La mayoría de los superdotados, que no saben que lo son, tienen una vida adulta normal. Muchos superdotados con problemas en la infancia los superan. Pero también hay muchos adultos superdotados que no han conseguido destacar en sus estudios y que ahora están desempeñando un trabajo rutinario, que no les llena, y sin embargo tienen mucha más capacidad. Sienten que han perdido una etapa que era muy importante para su desarrollo personal y profesional. Los problemas de rechazo dejan secuelas. Y los superdotados tienen dificultades en el entorno laboral: destacan y entonces les hacen la vida imposible.

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