El Gobierno se repliega, pierde el único apoyo parlamentario que tuvo alguna vez fuera del PSOE y avanza "peligrosamente hacia el modelo Marqués de legislatura fallida". El pronóstico del portavoz de IU, Gaspar Llamazares, emerge inmediatamente después de oficializado su paso "a la oposición" y recién soltada la mano de Javier Fernández, a quien responsabiliza de que al mirar al futuro se vislumbre el riesgo de los viejos vicios del pasado.

Este "enconamiento de la relación" entre el parlamento y el Ejecutivo, este gabinete sin más sustento que el soporte frágil de un tercio de la cámara y de un PSOE dividido, le recuerda a aquel Gobierno sin partido de cuando el único PP gobernante de la historia, el de Sergio Marqués, se partió por la mitad a mediados de los 90. La sensación de regreso al pasado se acrecienta a la vista de "la compleja situación que vive el PSOE a nivel interno" y ensombrece seriamente, según su balance anticipado, la segunda mitad del mandato del presidente al que IU ayudó a investir hace ahora dos años.

Habla Llamazares al día siguiente de rechazar en la Junta la enésima oferta de pacto de izquierdas por la estabilidad y de reprochar la "parálisis" de un gobierno "agotado". Sabe que de aquí en adelante la moción de censura es la hipótesis de una "alianza impía, extraña y esotérica, que no se va a dar" y no se atreve a evaluar las posibilidades de un adelanto electoral. Sí estima que hay en todo esto "una parte de ensimismamiento de Javier Fernández" y que "es él el primero que tiene que saber si puede afrontar la segunda parte de la legislatura" en estas condiciones.

Con los mismos mimbres

A Llamazares, eso sí, ya no le convence el argumento recurrente de la cerrazón de Podemos en el que el Presidente reincidió el viernes en la Junta. Fernández le señaló una vez más los obstáculos que la formación morada ha puesto siempre a la fusión de fuerzas de la izquierda, pero el jefe del Ejecutivo, opone el portavoz de IU, "no puede seguir planteándonos siempre el problema de Podemos como una especie de pie forzado, porque él tiene la responsabilidad de anteponer el interés general de los asturianos y la mayoría de izquierdas a los pulsos y las fobias entre los dos partidos". Y esto "es lo que hay que hacer" cuando además, remarca, "parece que vienen vientos de mayor respeto mutuo". Lo que no cabe es intentarlo "con los mismos mimbres que ya se han mostrado insuficientes", proponer un pacto con el mismo contenido que ha fallado.

El problema no es sólo que Podemos no quiera, viene a decir, sino también que las propuestas del acuerdo de izquierdas empiezan a oler a cerrado. "No es serio que nos propongan hablar del área central, por ejemplo, cuando no han sido capaces de coordinarse con los ayuntamientos, o del problema demográfico cuando ya se han marchado todos los grupos de la comisión de estudio". "Con un libreto desgastado no se puede hacer una nueva obra".

Según la interpretación de Llamazares, el Presidente vuelve a proponer lo mismo "para ganar tiempo", pero "un día u otro debe enfrentarse a la realidad". El escenario contrario "sólo favorece a la alternativa de la derecha".