"El patrimonio de los pueblos lo construyen las personas, y cuando una se va el patrimonio se empobrece". La despedida de Isidro Caballero, presidente de la asociación bolística "Pico Peñamellera", honra la memoria de Cecilio Fernández Testón, pintor y escultor, escritor y profesor, cronista oficial y "patrimonio" de las dos Peñamelleras. Falleció en la madrugada de ayer en el hospital de Jove de Gijón, a los 84 años, dejando tras de sí la estela de un peñamellerano ausente pero resistente a la "tentación del desarraigo". Nacido en Siejo y criado en Panes, vivió en Santander, París y Gijón sin perder de vista ni dejar de regresar a su tierra natal, de cuya historia y tradiciones era un estudioso, investigador y divulgador entusiasta. Su apego a la memoria le llevó a ser desde 2000 el primer cronista oficial de Peñamellera Baja y a combinar ese honor, de 2010 en adelante, con el mismo encargo en la Alta. A las doce del mediodía de hoy será despedido en la iglesia de San Vicente de Panes. Deja esposa, tres hijas y cuatro nietos.

Testón vuelve a la tierra muy cerca del lugar donde vio la primera luz. Nació en Siejo, Peñamellera Baja, mirando a Panes desde la otra orilla del Deva. Cursó estudios en Covadonga, donde formó parte de la escolanía, fue seminarista en Valdediós y Oviedo y estudió Filosofía, disciplina de la que fue profesor sin abandonar nunca el cultivo de su temprana vocación artística. Contaba que la afición pictórica despertó de niño, viendo a su madre pintar las madreñas que salían del taller paterno, y creció desde sus doce años como alumno en el estudio de Paulino Vicente y en la escuela de Bellas Artes de Saint Germain en-Laye, en París, a la que se marchó a los 19. Estudió Filosofía e impartió clases en Santander, combinó la docencia con seminarios artísticos, sobre todo de pintura y poesía, y se mudó a Gijón sin perder como paisaje de fondo el paisaje de Peñamellera.

En dimensión artística, su pintura evolucionó hacia el expresionismo mientras simultaneaba los pinceles con la escultura y con una intensa actividad como restaurador de "multitud de capillas por toda Asturias", recuerda Caballero. De su mano queda en la de la Salud de Carreña de Cabrales, por ejemplo, un mural en el que Testón introdujo el rostro de Miguel Ángel Blanco, el concejal asesinado por ETA en 1997. "Goya era un periodista", se justificó entonces, "y yo he intentado imitarle un poco dejando constancia de lo que pasaba entonces". Sus inquietudes humanistas le llevaron también a engrosar el colectivo de artistas "Extremófilos", emergido en el seno de la sociedad cultural Gesto de Gijón, o a impulsar junto a Juan José Tuñón, aún abad de Covadonga, los encuentros "Primorias", reunión de artistas de amplio espectro de Asturias y Cantabria.

"Tímido y emprendedor, ponderado pero crítico, austero y generoso, clásico y moderno", el juego de contrarios acaba bosquejando a "un icono civil, un ciudadano singular, tal vez irrepetible", retrata Isidro Caballero. "El investigador más importante de la historia de Peñamellera" y "sobre todo, uno de los nuestros". Fue premio "Pico Peñamellera" y diseñó las medallas de los galardones, igual que el logotipo del colectivo "El Cantu La Jorma", de Suarías. "Será difícil encontrar un sustituto a su altura", concluye Juan Luis Álvarez del Busto, presidente de la asociación de cronistas oficiales de Asturias, de cuya directiva formaba parte Fernández Testón. "Era muy activo y participativo, un conocedor absoluto de los dos concejos, un hombre extraordinario".