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Un plan para impulsar la bebida regional

La sidra quiere ser más asturiana

Productores y Administración acuerdan incorporar unas 40 variedades de manzana a la denominación de origen y cuadruplicar la producción en cinco años | Un acuerdo, gestado con discreción durante un año, dará protección a las pomaradas reconociendo y primando su valor como elemento clave del paisaje

El círculo virtuoso sidrero. La hoja de ruta para la bebida autóctona pretende impulsar su futuro con más producción bajo la denominación de origen

Un círculo virtuoso para la sidra de Asturias: ese es el objetivo que persigue la alianza entre productores y la Administración del Principado para multiplicar la calidad de la bebida asturiana y hacerla si cabe más asturiana aún. ¿Cómo? Cuadruplicando la producción, aumentando las variedade de manzana que admite la denominación de origen, protegiendo las pomaradas como un elemento singular del paisaje regional y allanando el camino para que la sidra que se produzca en Asturias lo sea con todas las garantías.

Desde hace más de un año, el Principado, los lagareros y los productores de manzana han forjado una hoja de ruta para los próximos años que han negociado con discreción. La entrada del sello "Sidra Seleccionada" en la Denominación de Origen Protegida (DOP), rubricada la pasada semana en Gijón, fue solo la punta del iceberg. "El objetivo es preparar a nuestra bebida autóctona para la exportación, conceder más libertad a los productores para experimentar sidras distintas y garantizar una protección para las próximas décadas", dice el director general de Desarrollo Rural, Jesús Casas.

Más manzanas. Es la clave: conseguir que todas las manzanas de sidra en Asturias sean materia prima aceptada dentro de la denominación de origen. Hoy, la mayoría de la sidra que se consume y produce en Asturias proviene de manzanas de importación. "Pretendemos incorporar entre 30 y 40 variedades de manzana, para así incrementar la sidra genuinamente asturiana que se produzca", asegura Casas.

Las pomaradas son un valor. El plan sidrero del sector incluye dar una mayor protección a las pomaradas. Las plantaciones de manzanos tendrán beneficios al considerarse un elemento paisajístico singular. Se reducirán las limitaciones de superficie de las pomaradas que pueden acogerse a la denominación de origen. Pero además se modificarán las normativas para beneficiar a los pequeños productores que busquen preservar el paisaje y mantener la tradición productiva. "Sabemos que la producción de nuestras manzanas tiene un mayor coste, al ser pomaradas de una extensión menor y respetar el entorno, frente a los cultivos extensivos de otros países, pero se tratará de compensar eso", explica Casas.

Más variedad. Los productores de sidra tendrán un catálogo más amplio de manzanas a su disposición para elaborar sus mezclas, que seguirán bajo el paraguas de la denominación de "Sidra de Asturias". "Podrán jugar a crear variedades distintas, y haremos que la sidra sea menos homogénea", afirma Casas.

Más producción. Actualmente solo 1,8 millones de botellas de sidra tienen denominación de origen. Suponen, de hecho, una cantidad pequeña respecto a lo que se consume en Asturias. La incorporación a la DOP de los lagareros de "Sidra Seleccionada" permitirá, previsiblemente, elevar a casi 4 millones de botellas la "Sidra de Asturias". Pero el objetivo del sector es ambicioso: multiplicar por cuatro la producción en un plazo de cinco años. "No es inalcanzable: si hay más manzanas reconocidas, podremos hacer más sidra con denominación".

A la conquista. Saltar al mercado internacional es difícil pero más aún si fuera de Asturias cuesta reconocer fácilmente la sidra autóctona. "Tener que explicar que hay una denominación de origen, que luego había como hasta ahora otro sello específico y que también hay producción sin reconocimiento autóctono resultaba un lío. Ahora podremos salir al mercado exterior con una única ´Sidra de Asturias´ plenamente reconocida", afirma Casas.

Menos costes. Al haber más lagareros dispuestos a acogerse a la denominación de origen, la gestión del sello les implicará menos costes. La administración se compromete a "revisar a la baja en la próxima campaña las tasas que pagan los elaboradores al Consejo Regulador", señala explícitamente el acuerdo alcanzado entre el Principado y los productores.

Más futuro. El Principado y los lagareros creen que este "pacto de la sidra" garantiza un mejor futuro para la bebida autóctona, consiguiendo que la etiqueta "Sidra de Asturias" deje de ser excepcional y se convierta en habitual a ojos de los consumidores, garantizándoles un producto genuinamente asturiano, con manzanas del Principado y un método de producción controlado. La guinda será dar impulso a la declaración de la cultura sidrera asturiana como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

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