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La terapia para curar a 1.700 asturianos de hepatitis C ha costado unos 50 millones

Los nuevos fármacos, que curan al 95% de los enfermos, son rentables porque evitan hospitalizaciones y trasplantes, subrayan los médicos

Fidel Castro Rey, junto a un coche de su empresa, Correos. GUSTAVO GARCÍA

La hepatitis C, una enfermedad que durante décadas originó un notable sufrimiento a los enfermos y un notable quebranto a las arcas de la sanidad pública, se bate en retirada gracias a los nuevos tratamientos aplicados en los dos últimos años. En Asturias han recibido los medicamentos unos 1.700 enfermos que, en su mayoría, pueden proclamar a los cuatro vientos un mensaje muy poco usual: están curados. La Consejería de Sanidad del Principado ha tenido que desembolsar por estos fármacos una cuantía que, según algunos conocedores del sector, oscila entre 40 y 50 millones de euros.

La semana pasada, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas acordaron prolongar el plan de tratamientos hasta 2020. No obstante, la Administración central se negó a habilitar un fondo específico para financiarlos. En el momento actual, los tratamientos cuestan entre 9.000 y 12.000 euros por paciente; hace dos años, el precio se situaba cerca de los 40.000 euros. En el próximo trienio se aspira a tratar a los pacientes de menor gravedad, es decir, a los que están en los primeros estadios (F0 y F1).

"La hepatitis C es un problema de salud pública que mata cada año más de 350.000 personas. En España, desde 2012, ha producido unas 4.800 muertes al año, lo que equivale a 13 fallecidos cada día", explica Manuel Fernández Ruiz, médico del centro de salud Paulino Prieto, de Oviedo. Cuando se cronifica, la hepatitis C se convierte en una enfermedad progresiva que, en un tercio de las personas infectadas, "acaba produciendo cirrosis o carcinoma hepatocelular".

Gracias a los nuevos fármacos, considerados seguros y eficaces, se consigue curar la infección por el virus de la hepatitis C "en el 95 por ciento de los casos", de manera que "evitamos o detenemos la progresión de la enfermedad hacia la cirrosis y el cáncer", precisa el doctor Fernández Ruiz.

En fases tempranas

Asimismo, ya se está registrando un notable descenso del número de pacientes que requieren un trasplante de hígado; también se reducen los ingresos en los hospitales. Todo ello provoca, según los especialistas, que los nuevos tratamientos, pese a su elevado coste, sean "rentables para la sanidad pública".

Manuel Rodríguez, jefe de sección en el área de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), conoce de primera mano el tratamiento de casi 750 pacientes en el complejo sanitario ovetense. "Es muy importante tratar a los enfermos en estadios tempranos, cuando aún tienen poca fibrosis, porque así se curan la infección y la enfermedad. En estas fases, el tratamiento es más barato, porque es más corto, y a largo plazo da mejores resultados", destaca el doctor Rodríguez.

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