Casa Adela es un restaurante que se disfruta con los cinco sentidos. Abierto en el año 2000, cuenta con una decoración rústica, sin recargos, con una coqueta chimenea, y mucha luz natural. Sus comedores y su espectacular terraza con hórreo y envidiables vistas, son el lugar perfecto para reuniones de trabajo o eventos familiares, un pequeño rincón donde disfrutar de una variada y exquisita oferta gastronómica en la que está representada la cocina tradicional asturiana, y que armoniza a la perfección con cualquiera de los vinos de su selecta bodega. Sus postres caseros, así como sus instalaciones, completan una experiencia más que formidable que todo comensal se merece probar, ya que a esto debe unirse también un trato cercano y familiar. No se debe dejar pasar la oportunidad de conocerlo, porque no defraudará.

- ¿Exige mucho sacrificio cumplir con los requisitos del sello "Mesas de Asturias"?

- Sí realmente cuidas tu negocio no te exige mucho, pero tienes que currártelo. Se dice que "lo difícil no es llegar, sino mantenerse" y en este caso es así, pero un sello como este se merece que todo esté perfecto. Cuando realizan las inspecciones periódicas están muy pendientes de todo, incluso de cosas que para muchos, incluida yo, pasan desapercibidas. Lo controlan todo de forma exhaustiva, y en el informe que mandan te puntúan desde el momento en el que se hace la reserva hasta la despedida del local, lo que muestra el prestigio y el nivel de este sello. Hay que cuidar muy mucho la atención, el servicio, el trato, la presentación, la decoración y la gastronomía claro, intentar que sea lo más asturiana posible, tanto en recetas como en ingredientes. Hay que potenciar lo nuestro.

- En cuestiones de estética, Casa Adela parece ser todo un éxito. Ya sólo con la presentación de sus platos los comensales se quedan satisfechos...

- Ofrecemos una cocina tradicional y estamos todos muy pendientes de que todo esté bien y que no falte ningún detalle. Nunca se puede bajar la guardia porque, aunque uno tiene días mejores y peores, los clientes no deben notarlo, siempre hay que dar el máximo y tener alto el nivel de exigencia porque nunca sabes con quién te vas a encontrar. En Casa Adela buscamos que todo esté rico, bien presentado, que no falten las flores naturales en la mesa y, sobre todo, que lo que se sirva esté preparado con ingredientes de primera calidad. Te podrá gustar su sabor más o menos, pero la calidad de las materias primas y la buena presentación no deben faltar.

- Hacen gala de una cocina honesta. Entre en detalles

- Cuando hablo de cocina honesta quiero decir que lo que pone en la carta que hay, es lo que se va a servir, no hay trampa ni cartón ya que nunca vamos a engañar a nuestros clientes. Por ejemplo, la lubina fresca será siempre del Cantábrico, nunca de piscifactoría; el aceite de oliva virgen lo mismo, y la ternera asturiana siempre será ternera asturiana. No es fácil tener siempre de todo, pero cuando lo tengo, es de calidad. Yo soy muy jamonera y me da rabia cuando, por ejemplo, voy a algún sitio donde sirven jamón ibérico y cuando lo pides, o bien es ibérico pero de recebo, o no es ni ibérico. Nosotros tenemos carne de buey, y cuando hace unos meses surgió la polémica de si en la mayoría de los establecimientos lo que se servía realmente era vaca vieja y no buey, me entró la duda de si nos estarían engañando, ya que cuando lo compramos nos lo venden como buey, pero confiamos en nuestro proveedor.

- Casa Adela fusiona gastronomía y naturaleza, dos de los grandes atractivos asturianos...

- Tengo mucha suerte porque el restaurante está en pleno entorno natural y a un paso de la ciudad. La terraza está llena de hortensias y las mesas, aunque tienen sombrillas, están rodeadas de árboles frutales que les protegen del sol. También hay un texu, un hórreo, lo cuido mucho todo, la verdad es que me gusta tenerlo bonito.

- Si el entorno gusta y sorprende, la cocina de Casa Adela tampoco defrauda. ¿Cuáles son sus especialidades?

- Eso es algo que deben decir los clientes, pero, viendo la demanda, creo que los pescados, el solomillo de buey y los guisos tradicionales. Depende de la época del año servimos más unos que otros, y ahora por el verano suelen pedir más el bonito, sobre todo en rollo, o el bacalao, que lo desalo yo misma, acompañado de pisto. También crío pitos de caleya, y la verdad es que gustan mucho. Cuando con los míos no tengo suficiente, se los pido a un proveedor de la zona, y la verdad es que salen muy bien porque se nota que son pitos de verdad. Asimismo, nuestros postres caseros también tienen gran aceptación, como el arroz con leche, las tartas variadas o las natillas con higos al marrasquino, con almíbar. Esta última es una receta muy fresca que suele gustar mucho.

- ¿Por qué hoy en día es tan complicado encontrar materias primas 100% naturales?

- En mi caso es sencillo porque tengo huerta y por ejemplo, el pote asturiano lo hago cada semana con productos míos. También los arbeyos de temporada, los puerros, los calabacines, lechugas, tomates... si con lo mío no tengo suficiente, me abastezco de pequeños productores de la zona. Tengo suerte, porque tengo cerca a gente con productos excelentes, ya que en la actualidad ya no hay tantas huertas como antes. Tenemos buena tierra y creo que la gente debería cultivar más, es una buena forma de ganarse la vida, sobre todo ahora que hay tantos problemas con el empleo

- Casa Adela lo tiene todo. Un entorno idílico, una gastronomía de excepción y además, una buena bodega...

- La verdad es que tenemos una bodega amplia, yo me encargo de ella. Estoy un poco encima de todo y en el tema de los vinos me gusta tener distintas denominaciones, no solo riberas, riojas o albariños. Cuando empecé, como no sabía mucho del tema, hice dos cursos de catas, y además me orientaron muy bien desde Coaña Gourmet. En la actualidad me siguen ayudando, proponiéndome nuevos productos, dándome a probar... también, cuando viajo o voy a otros restaurantes, me gusta ver qué es lo que tienen, buscar inspiración e ideas. Me gusta tener vinos para todos los gustos y bolsillos.

- ¿Comer bien a precios razonables es posible?

- Absolutamente. En mi caso, en la carta hay buenos productos a precios muy diversos y asequibles. Además, tengo un menú diario para los días laborables que tiene un precio de 15 euros y el cliente come realmente bien, marcha encantado. Un ejemplo de menú es un plato de pote y bocarte, que está de temporada, pero también puede servirse una ración de bonito o merluza, una buena carne, algún guiso, conejo, ternera guisada...todo exquisito y bastante económico. Ni comer ni beber bien tiene por qué ser caro.

- Dicen que en Asturias se peca de comer abundante...

- A veces somos un poco excesivos, aunque yo creo que depende de las zonas. En Las Cuencas, la gente está acostumbrada a comer bastante, a que se le sirvan buenas raciones, y no puedo reducirlas porque no estarían satisfechos.

- En su opinión, ¿cómo han ido evolucionando los comensales en las casi dos décadas que llevan abiertos?

- Puedo presumir de tener una clientela muy fiel, aunque con el paso del tiempo sí que notas que va cambiando. Hasta que se consolidó el negocio viví una temporada en la que venía la gente sobre todo por semana, y celebrábamos muchas reuniones y comidas de empresa. Con el paso de los años, esas comidas iban bajando su presupuesto y se celebraban con menos frecuencia, y también empezaron a venir parejas jóvenes y gente de otras localidades de Asturias. Los fines de semana estaba todo mucho más vivo, sobre todo de familias, y también se empezó a notar la afluencia de gente de fuera. Solemos cerrar las tres últimas semanas de agosto y, hasta hace dos años, veíamos que el mes de julio era algo flojo, pero esto cambió y el turismo se ha animado notablemente desde hace dos veranos. En parte es debido a las redes sociales y a la apertura de emplazamientos culturales y museos por la zona. Gracias a ellos mi restaurante es mucho más visible, la gente lo conoce y aprovecha su visita a Asturias para venir a comer o a cenar con nosotros.

Qué ver en Langreo

Foto cedida por la Sociedad Pública de Gestión y Promoción Turística y Cultural del Principado de Asturias / Tomás Miñambres

Casa Adela se encuentra en Lada, uno de los seis distritos que conforman Langreo. La parroquia está situada al margen del río Nalón frente al distrito de La Felguera, y está formada por la localidad urbana de Lada y varios pueblos distribuidos por el entorno rural. Ubicado en el corazón de Asturias, Langreo ha sido activo partícipe del devenir histórico del Principado. Aglutinante y catalizador de tendencias, conocimiento y movimientos sociales, el municipio langreano es un valle surcado por el Nalón, un río clave en la vida de la región; y por sus entrañas circula buena parte de la savia del carbonífero asturiano. Estas características y circunstancias hicieron que la UNESCO lo considerara en la década de los años 60 del siglo XX el "Kilómetro Europeo de la cultura", una cultura que hoy en día es uno de sus más importantes activos turísticos.

La naturalidad con la que conviven en un mismo territorio la abrumadora generosidad natural, escenificada principalmente en Redes, con la huella que ha dejado la intensa actividad previa a la reconversión del siglo pasado, resulta una característica extraordinaria, una peculiaridad enriquecedora que no se encuentra en otros lugares. La combinación de accesibilidad, naturaleza y cultura han sido fundamentales para consolidar en los últimos años una oferta turística diferenciada para viajeros ávidos de profundizar en los matices de un territorio que ofrece tanto, y tan cerca. El Museo de la Siderurgia (MUSI) o el Ecomuseo del Valle de Samuño - en el que se destaca la importancia del patrimonio industrial que tiene como protagonistas las barriadas mineras de La Nueva, construidas entre 1900 y 1940 y los pozos mineros Samuño y San Luis, éste último considerado la mejor muestra de arquitectura minera de Asturias- son dos de los equipamientos que dan magnífica cuenta de lo que fueron los descubrimientos científicos y técnicos, la investigación y la estructura económica y productiva de un territorio cuyo desarrollo ha sido clave no sólo para Asturias sino para el resto de España. Langreo es, por derecho propio, una de las cunas y referencias de lo que en las últimas décadas se ha dado en denominar en Europa turismo industrial. Si a ello se le unen la bondad y naturalidad de sus gentes, el gusto y el alto nivel gastronómico, con Casa Adela como uno de los grandes referentes; su bello entorno natural y la práctica de diversas modalidades deportivas, Langreo se convierte en cada visita en todo un descubrimiento.

Más información en:www.restaurantecasadela.com

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