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Dos hernias en un laberinto sin salida

El traumatólogo la envía a operarse a un neurocirujano con una espera de ocho meses, y éste la remite a un rehabilitador

La odisea sanitaria de Bárbara Prado

La odisea sanitaria de Bárbara Prado

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La odisea sanitaria de Bárbara Prado Pablo Álvarez

-Pues nada, hay que operar. ¿Prefiere que la opere un traumatólogo o un neurocirujano?

-Ni idea, la verdad. ¿A usted qué le parece mejor?

-Neurocirugía. Vamos a pedir consulta preferente.

Y le dieron consulta para el 8 de febrero de 2018.

Bárbara Prado Murillo, 44 años, vecina del barrio de Villafría (Oviedo), poseedora de dos hernias discales que llevan siete años amargándole la vida, no se lo creía. No se creía que un traumatólogo del ambulatorio ovetense de La Lila le preguntase qué tipo de especialista tenía que operarla. Y, dado que esta conversación tuvo lugar el pasado 5 de junio, no se creía que tuviera que esperar ocho meses y tres días por una consulta "preferente". "En cuanto estoy una hora planchando me pongo fatal y tengo que tumbarme; los dolores hacen que me pase en blanco buena parte de las noches; ahora está afectándome a las dos piernas; no puedo buscar trabajo..", enumera.

Pero es que lo que acaba de relatarse sólo es un breve episodio de la larga odisea sanitaria de Bárbara Prado. Además, está esperando por una consulta en la unidad de dolor del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA): un año largo de demora, pues fue fijada el 26 de octubre de 2016 y tiene fecha para el próximo 3 de noviembre. Más aún: el traumatólogo que le hizo la pregunta del millón le pidió una resonancia para una posible lesión de menisco. Tuvo suerte: en dos semanas la exploración estaba hecha. Tuvo mala suerte: hasta el próximo 8 de noviembre no tiene cita con el especialista para que le informe. Cinco meses para conocer los resultados de la resonancia.

Y más aún. Al ver que la cita "preferente" para el neurocirujano tendría que esperar ocho meses largos, acudió directamente a la jefatura de este servicio del HUCA. Sucedió el pasado lunes, a las ocho menos cuarto de la mañana. "La doctora me dijo que ella misma había cambiado la consulta de preferente a normal, porque no la veía muy grave, que si fuera un cáncer sería otra cosa. También me dijo que la intervención de los neurocirujanos era para casos muy excepcionales, y que antes tenían que verme en el servicio de rehabilitación y en la unidad del dolor, y que después ya valorarían si me operaban. Yo le respondí la verdad: que ya fui tres veces a rehabilitación y que no me sirvió para nada, más bien me perjudicó. Y que el traumatólogo ya había dicho que hay que operarme. Ella me dejó muy claro que no me adelantaba la consulta, que tenía que esperar hasta el 8 de febrero. Y pidió consulta para rehabilitación. Todavía no tengo fecha, pero ya me pongo en lo peor", indica Bárbara Prado.

En resumen, y por recapitular el azaroso itinerario sanitario de esta ovetense aquejada de dos hernias que apenas le permiten estar sentada un rato relatando sus andanzas, los datos son los siguientes: espera un año para la unidad del dolor; espera ocho meses para el neurocirujano; el traumatólogo le ha dicho que le opere el neurocirujano, pero el neurocirujano ha dicho que antes tienen que verle el rehabilitador y la unidad del dolor... y que luego ya se verá, porque neurocirujanos hay pocos en Asturias (en la red sanitaria pública, sólo en el HUCA), y se reservan para casos muy concretos. Un último dato: ha pedido auxilio al Defensor del Pueblo, y éste ha admitido a trámite la queja y ha solicitado información al Servicio de Salud del Principado (Sespa).

El caso de Bárbara Prado salió publicado en LA NUEVA ESPAÑA el pasado 12 de mayo. En aquel momento era noticia porque su traumatóloga había solicitado dos días de permiso y, como consecuencia, a ella le habían pospuesto cinco meses y medio la consulta con esa especialista. Tras aquella aparición en este periódico, le adelantaron la consulta para el 5 de junio. Y ese día mantuvo el diálogo que abre esta información, y recibió un informe médico que tilda de "cochambroso" e "imposible de presentar ante ninguna instancia oficial".

Las dos hernias discales de Bárbara Prado parece inmersa en un laberinto sin salida.

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