La costa asturiana sufrió ayer el azote de fuertes vientos y oleaje, registrando en Cabo Busto la racha de mayor intensidad de la jornada, a las tres menos diez de la tarde, de 114 kilómetros por hora y la segunda del país, tras cabo Machicaco, donde el registro de la Aemet llegó hasta 134 kilómetros por hora. En Cabo Peñas se llegó a 93 kilómetros por hora, pasadas las cuatro, la séptima más alta del país. La alerta, que sigue la tónica de estos días, se activó siguiendo las predicciones efectuadas por la Agencia Estatal de Meteorología, y también advertía sobre el fuerte oleaje, que hoy continúa vigente. Registros de récord también se alcanzaron en las temperaturas: la segunda más baja en España fue en Leitariegos, de 5 grados; por detrás de Baqueira, con 3,8 grados.

En Oviedo los fuertes vientos provocaron la caída de algunos árboles en el municipio. Según fuentes de la Policía Local, el suceso más aparatoso tuvo lugar en San Claudio, donde un árbol de grandes dimensiones se desplomó sobre el tendido eléctrico y cortó parte de la carretera hacia Sograndio. Las labores para su retirada "no fueron sencillas". Además, el viento también derribó un árbol en la zona de Olivares y se llevó por delante el toldo de un establecimiento en la Avenida de Santander. En varios puntos del casco urbano cayeron "algunas ramas".

En Gijón dejó un reguero de árboles caídos en la zona urbana y caminos cortados en la zona rural. Fue necesario retirar un árbol que se desplomó en carril bici, otro en el "Kilometrín", otro en Roces y otro en Somió. Además los bomberos tuvieron que intervenir en la zona de El Humedal para trocear un árbol de grandes dimensiones que se desplomó sobre la carretera, impidiendo el tráfico de los vehículos hacia la salida de Gijón. Igualmente fue necesario intervenir en la caída de cascotes y de varias tejas en algún inmueble de la zona urbana sin que hubiera que lamentar daños personales.

Como medida de precaución se optó por cerrar el paso al parque de Isabel la Católica, y la Policía Local acordonó a media tarde las inmediaciones del Palacio de Revillagigedo ante el riesgo de que se desplomaran los carteles de las exposiciones.