Cerca de mil quinientos psicólogos, en su mayoría de España, pero también de Colombia, Guatemala, México, Perú, Chile, Brasil y Portugal. Todos ellos se dan cita en Asturias estos días en el III Congreso Nacional de Psicología que fue inaugurado ayer con música de gaita en el auditorio central del Palacio de Congresos de Oviedo.

Como anfitrión principal, Francisco Santolaya, presidente del Consejo General de la Psicología y, a su lado, Telmo Mouriño, presidente de la Federación Europea de Asociaciones de Psicólogos. Asistió el rector Santiago García Granda. Junto a él el exdecano de Psicología, José Muñiz, uno de los que más contribuyeron a un evento de programa casi gigantesco con más de mil intervenciones a lo largo de toda la semana. Conferencias, seminarios, mesas redondas, posters? y un entorno común para debatir.

Muñiz se refirió anoche al "gran nivel de la Psicología española", y gracias sobre todo a dos cualidades que es preciso -dijo- mantener: por un lado "la sólida conexión entre la Academia y la profesión" y por otro la "complementariedad entre investigación básica y aplicada".

En total, 76.000 psicólogos trabajan en España. "De nivel excepcional", apuntó Santolaya.

La directora general de Universidades, Cristina Valdés, nombró al sociólogo Bauman, premio Príncipe de Asturias,, quien animaba a "practicar el arte de la vida, reciclándose perpetuamente, transformándose en alguien distinto".

Una vida líquida, por utilizar la terminología del viejo profesor recientemente fallecido.