"En 2017 y 2018 no tendremos excesivos problemas, en principio; pero a partir de 2019 habrá problemas importantes en Asturias y en toda España", pronosticó ayer el consejero de Sanidad del Principado, Francisco del Busto, en alusión a la falta de médicos anunciada para los próximos años.

La escasez de facultativos es habitual en los últimos años, y en Asturias se hace particularmente patente en los hospitales de las alas de la región. Pero también los gestores de los centros sanitarios de mayor tamaño están teniendo dificultades para hallar especialistas que cubran jubilaciones, bajas o vacaciones. Medicina de familia, pediatría, anestesia y radiodiagnóstico son disciplinas en las que hace notar desde hace tiempo el déficit de profesionales. Pero hay otras especialidades en las que sucede algo similar, quizá en menor medida. Oftalmología, anatomía patológica, cardiología y nefrología son algunas de ellas.

Ayer, preguntado por los medios de comunicación sobre la falta de médicos en las bolsas de empleo de numerosas especialidades en la región -en 34 de 47, según el Sindicato Médico (SIMPA)-, Del Busto entonó de nuevo un "mea culpa" colectivo y de escala nacional. "Tenemos que reconocer que en los últimos años no se han hecho los deberes por parte del Ministerio de Sanidad de las universidades y de las administraciones autonómicas", señaló el Consejero, después de mantener una reunión con el equipo directivo del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

"Vamos pagar la falta de previsión", agregó Del Busto, quien recordó los datos del estudio elaborado recientemente por su Departamento, según los cuales la escasez de facultativos en la sanidad pública regional adquirirá en los próximos años unos niveles "críticos" debido a "las jubilaciones de los primeros médicos formados en la Universidad de Oviedo". Hasta 2025 está prevista la marcha por edad de unos 1.300 médicos, un tercio de la plantilla total de facultativos del Sespa. El déficit será desigual según las especialidades.

Entre otras medidas para atajar este contratiempo, el Principado tiene previsto elevar de 65 a 67 años la edad de jubilación obligatoria de los facultativos de la sanidad pública. "Las posibles medidas son múltiples. Por ejemplo, aumentar el número de alumnos en la Facultad de Medicina es viable, pero sus efectos sólo se ven a largo plazo", puntualizó el titular de Sanidad. Del Busto reiteró la necesidad de potenciar en la Universidad de Oviedo la docencia de medicina familiar y comunitaria.