Espacios polisensoriales, diáfanos, donde prima la experiencia sobre la estancia, donde el mejor recuerdo del viaje para llevarse a casa no es una figurita que represente el monumento más emblemático del lugar, ni si quiera lo es la foto que el turista pueda hacerse al lado de ese monumento o ese rincón simbólico. El auténtico recuerdo que el turista quiere ahora llevarse a casa son todas esas sensaciones que se sienten cuando uno está experimentando algo nuevo, excitante, diferente, único, que nadie más ha sido capaz de provocar. El arquitecto Félix Gordillo la ha bautizado como la Teoría de las Sensaciones y tiene que ver con un nuevo tipo de alojamientos de turismo rural donde prima la vivencia interior en el espacio de alojamiento.
"Desde hace treinta años se viene realizando un tipo de turismo rural en el que vas a dormir o a comer en unos apartamentos y luego realizas salidas por el entorno. Lo que planteo con este nuevo modelo es que la gente tenga la certeza de que podrán realizar un actividad complementaria dentro del propio apartamento llueva, truene o haga tormenta", sostiene el arquitecto que participó en las intervenciones en el primer núcleo de turismo rural de Asturias, en Taramundi. En los últimos cuatro años ha desarrollado seis proyectos en base a la denominada "Teoría de las Sensaciones" que hoy ve la luz en forma de libro en una presentación pública en La Rectoral. "La idea es que estos espacios no se conviertan en un reducto donde comer, dormir y asearse. "Planteamos espacios diáfanos, donde poder contemplar el fuego de la chimenea desde la cama, desde el sofá, o desde el jacuzzi. Es un nuevo concepto donde se crea un hábitat y toda una serie de sensaciones alrededor de él", precisa Gordillo.
El Refugio de los Oscos, en Villanueva, nació con ese planteamiento. "La cocina tradicional en una casa de turismo rural suele ser un espacio donde el que cocina parece que está castigado. Aquí proponemos espacios abiertos, que no te separen del grupo. En general es una arquitectura donde no existen barreras que impidan las relaciones humanas", indica el arquitecto. El mal psíquico de las ciudades -la falta de luz, olores desvirtuados...- se convierte en el punto fuerte de la Teoría de las Sensaciones donde la arquitectura se muestra desnuda, con espacios no modificados, no hay una reproducción de los antiguo sino una simbiosis entre lo pasado y lo presente. El jacuzzi con led convive con una antigua viga de castaño y el turista disfruta de un paisaje casi virgen mientras se da un baño. "Lo habitual es refugiarse en el apartamento cuando hace mal tiempo; aquí proponemos lo contrario; que se disfrute del entorno desde el apartamento, incluso con mal tiempo", prosigue el autor de la Teoría de las Sensaciones. La idea es que la comida, el sueño, la ducha... se conviertan en experiencias sensoriales. "Innovar en el turismo es difícil para los alojamientos pues más allá de la calificación de contar con más o menos estrellas, trisqueles o llaves, no ha vivido cambios. La filosofía ha sido siempre la misma. Ya es hora de que se imponga la vivencia del medio", reivindica Félix Gordillo.
