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La diáspora de Venezuela en Asturias rebosa las urnas en contra de Maduro

Más de 1.700 venezolanos presentes en la región votaron en un referéndum tan simbólico como "cargado de esperanza"

Los venezolanos congregados en la plaza del Parchís de Gijón.

La comunidad venezolana de Asturias se movilizó ayer en masa para rechazar el proceso constituyente impuesto en su país por el presidente Nicolás Maduro. Las seis mesas de votación dispuestas en Oviedo, Gijón, Avilés, Llanes y Cangas de Onís se quedaron pequeñas para atender a los 1.764 electores que por unanimidad dijeron "no" al Gobierno chavista en el plebiscito organizado por la oposición, pero que contaba con el apoyo de diversos sectores sociales.

Una participación abrumadora teniendo en cuenta que los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística cifraban en 1.070 el número de venezolanos residentes en el Principado. Si bien habría que añadir a los españoles con doble nacionalidad y a los venezolanos de visita en la región, con lo que la suma final ronda los dos millares. Es decir, la afluencia masiva hizo que el conjunto de votantes se acercase al 90 por ciento del censo estimado.

Fueron setenta los voluntarios de toda Asturias unidos para colaborar en la organización de una consulta que en palabras de Amalia Tárano, responsable de comunicación, "es la única forma que los venezolanos tenemos de expresar nuestra opinión y demostrar que queremos libertad". De nueve de la mañana a siete de la tarde, solteros, parejas, familias al completo y hasta emigrantes asturianos retornados, animados por el buen tiempo y el anhelo de cambio, formaron largas colas ante las urnas colocadas en diversos puntos de la región.

En la plaza de la Escandalera de Oviedo, Carolina Medrano, venezolana que lleva siete años en España, aguardaba su turno para votar acompañada de su marido y de su hijo pequeño. "Espero que la gente vea que la situación va más allá de un problema económico", comenta, aunque con gran desconfianza por la desidia que, teme, Maduro dé por respuesta. De Venezuela, Medrano recuerda "la inseguridad reinante en sus calles y el miedo que la población siente incluso por la propia Policía". Situación que hace unos días llevó a su suegro a marcharse para siempre del país con destino a Asturias, donde aterrizó anteayer.

Al otro extremo de la plaza, Marilin Urdaneta, venezolana, pero que llegó a España hace 27 años, se cobijaba a la sombra acompañada por su madre, de visita en la región. "Cada vez que veo mi país, me duele", asegura Urdaneta, quien tras haber perdido a un hermano, asesinado durante un atraco en su patria, defiende que la reivindicación de los miles de venezolanos como ella "no es un discurso, sino la vida misma".

En Gijón la participación fue tal que llegaron a quedarse sin papeletas. Víctor Pedráñez, miembro del partido opositor Unidad Democrática, y presente en la mesa de la plaza del Parchís, calificó la jornada de "ejercicio de los derechos ciudadanos", y subrayó lo "histórico" de una votación simultánea en ciento un países.

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