Hace escasas fechas, conocimos por información de LA NUEVA ESPAÑA la puntuación exigida para iniciar estudios universitarios en las distintas especialidades que se imparten en la Universidad.
Me llamó poderosamente la atención el hecho de que mientras, por ejemplo, para estudiar Enfermería se exija una nota corte o numerus clausus de 11,84 puntos y que, por el contrario, para Maestro de Educación Primaria sea suficiente con 5,00 puntos. No seré yo quien minusvalore la importancia del personal de enfermería; menos aún, como hermano y padre que soy de enfermeras diplomadas, pero sí me atrevería, sin ser experto, a decir que en mi opinión algo está fallando en nuestro sistema educativo.
Cuando tenemos necesidad de ser atendidos por personal de enfermería, necesitamos y deseamos que dominen su profesión y nos atiendan correctamente, pero cuando ponemos a nuestros hijos o nietos en manos de maestros que les vayan formando para llegar a la edad adulta con el máximo de posibilidades de enfrentarse a los múltiples problemas que se van a encontrar en su vida de adultos, creo que todos desearíamos que esos maestros sean profesionales inteligentes y bien formados para cumplir con su profesión, y sabiendo aprovechar de sus alumnos el máximo de sus posibilidades. Se supone que aquellos alumnos que son capaces de sacar nota máxima en el examen para poder cursar estudios universitarios no solamente serán los más aplicados, sino también los más inteligentes, y, sinceramente, creo que preferiría que el maestro que va a enseñar a mis hijos o nietos sea más inteligente y esté tanto o más capacitado que la enfermera que me va a cuidar en el hospital. Repito, sin minusvalorar al personal de enfermería, pienso que algo no va bien cuando incluso ya se pide mejor nota para estudiar Enfermería que Medicina. Si esto no es algo así como circular en dirección contraria en la autopista, que alguien nos lo explique, porque los torpes como yo no alcanzamos a entenderlo.
