Tanto PSOE como Izquierda Unida, aunque con matices, confían en que Podemos adopte una actitud más negociadora en la segunda parte de la legislatura que propicie acuerdos de izquierdas. En Izquierda Unida hay sectores que incluso especulan con la hipótesis de una "responsabilidad compartida" con el PSOE en el Ejecutivo. Todas las miradas ahora están en la formación morada que, no obstante, no ve fácil el camino al entendimiento a la izquierda.
La singularidad de Podemos Asturies complica las proyecciones que tanto los socialistas como los dirigentes de la coalición realizan en privado. "Cabe pensar que en un escenario en el que se van alcanzando acuerdos como el de Extremadura, y Pedro Sánchez y Pablo Iglesias aproximan posiciones.
Pero esa no es la lectura que realizan dirigentes de Podemos, que admiten que los criterios que la formación empleará en Asturias no tienen que ver con la situación nacional, sino con la propia idiosincracia de las tensas relaciones entre el PSOE y los morados en Asturias. De hecho, una de las referencias en la estrategia política para los dirigentes asturianos es el colectivo andaluz, en el que posee una fuerza destacada el ala anticapitalista. De ahí que tanto en el PSOE y en IU estén atentos al proceso interno que Podemos desarrollará en Asturias para elegir dirección política y que deberá llevarse a cabo antes de febrero, según el calendario de los morados.
Este es el trasfondo que subyace a las llamadas de negociación que el presidente del Principado, Javier Fernández, lanzó a Podemos e IU y a las conversaciones que la coalición y los podemitas desarrollarán por su lado. La primera cita ya está fijada para el próximo martes, según confirmaron fuentes próximas a Podemos.
Pero los recelos también se producen a tres bandas. Los podemistas miran con cautela a Izquierda Unida, después de que la actual dirección avalase una consulta interna para frenar cualquier pretensión de reeditar la coalición electoral de Unidos Podemos en Asturias en las próximas autonómicas. Al mismo tiempo, los socialistas desconfían de IU, a la que vieron como aliado natural en el parlamento y que respaldó la investidura de Javier Fernández. IU, por su lado, cree que es necesario un golpe de timón en el gobierno regional, pero también temen que Podemos sólo juegue a las apariencias en este asunto.
