Los sindicatos ferroviarios consideran que Adif resolvió el lunes "con premura" el fallo en una catenaria, que atrapó a unos 800 pasajeros en Villamanín (León). La avería afectó a tres trenes de la línea León-Gijón entre las cuatro y las siete de la tarde, hora a la que se restableció el servicio. Según varios testigos, en el transbordo se desató el "gran caos" al coincidir los viajeros de dos ferrocarriles. Los maquinistas justifican dicho alboroto ante la dificultad de desplazar a "800 viajeros en autocares de 50 plazas". "No es lo mismo solucionar un incidente en invierno que en verano, cuando los vagones van hasta los topes y es difícil localizar autobuses libres", asegura Juan Carlos Lora, secretario general de la sección sindical de Adif-Renfe de CC OO.

La avería se registró a las 15:51 horas del lunes y afectó en un primer momento a un tren con destino Gijón. Además de la falta de tensión en la catenaria entre Linares-Congostinas y Puente de Los Fierros, hubo un incidente en la estación de Puente de Los Fierros, dejando sin servicio el tramo Malvedo-Puente de Los Fierros, en Lena. Según varios testigos, el tren se paró pasada la estación de Pajares, avanzó hasta Malvedo y retrocedió a Villamanín, donde se realizaron los transbordos.

Sin embargo, el viaje en autobús tardó en llegar en medio de un calor sofocante. "Nos achicharrábamos y encima había gente que se quería colar", contaron. Juan Carlos Lora ya vivió varias experiencias similares como maquinista: "Todos quieren entrar los primeros. Quieren subir rápido para marchar cuanto antes, lo cual es comprensible también. Pero a veces si fuésemos más disciplinados, habría menos problemas". "Que 600 pasajeros coincidan a la vez en Villamanín no es fácil de solucionar", dice Lora, que insiste en que las averías en la línea León-Gijón, en comparación con otras del país, "no son tan frecuentes".

En este caso, la falta de tensión en la catenaria fue provocada por las altas temperaturas. "En Pajares, donde no pega el viento hace mucho calor. Y con ello el cobre se dilata, aunque esté compensada en algunos tramos para que quede tensa", explica Lora. En la avería del lunes se vio inmerso el atleta con discapacidad Emilio Alonso, que denunció su caso de discriminación a LA NUEVA ESPAÑA. Quería llegar al Carmín de la Pola para comer y llegó para la cena. Primero le impidieron viajar en Atocha, porque su silla de ruedas no era plegable, y después quedó atrapado en la avería. Hasta las 8 y media de la noche no entró en Oviedo.