No sólo hay menos nacimientos, sino que las madres asturianas son cada vez más maduras. El último informe del Consejo Económico y Social (CES), presentado esta mañana en Oviedo, revela que en 2016 las mujeres de la región tuvieron su primer hijo a los 31,2 años, lo que supone un retraso en la maternidad de un año con respecto a 2005 y, lo que es más alarmante, de 6,5 en comparación con la década de los 80. En esa época, las asturianas quedaban embarazadas antes de cumplir los 25 años. Esta demora alimenta el invierno demográfico del Principado, directamente relacionado con un descenso en el número de nacimientos, un aumento de los fallecimientos y los saldos migratorios negativos. Todos ellos factores bien conocidos, sobre los que el Consejo Económico y Social muestra una clara preocupación.

En el aspecto económico, Asturias continuó creciendo en 2016 si bien lo hizo a un ritmo más moderado que el año anterior, según el estudio. El PIB real avanzó un 1,9%, un incremento ligeramente superior al de la zona euro (1,8%), aunque inferior al de la economía española (3,2%). Este crecimiento está vinculado al aumento del 1,8% del empleo. Según destacó Marta Álvarez, representante de FADE, el año pasado se produjo el segundo aumento consecutivo del tejido empresarial (0,3%, un 1,3 puntos que a nivel nacional), elevándose a casi 67.700 las empresas que operan en Asturias. El elevado grado de atomización es uno de los rasgos que caracteriza el tejido empresarial, constituyendo las microempresas en torno al 96% y las medianas y grandes menos del 1%, habiéndose reducido estas últimas en un 7% en el último años.

La inversión en investigación, según los expertos, sigue siendo una asignatura pendiente en el Principado. El gasto interno volvió a ezperimentar un nuevo retroceso, siendo de un 7,6% inferior al del período anterior.