"Todos los mecanismos de seguimiento de los posibles efectos adversos de los medicamentos que se implementan en España son eficaces y logran el objetivo que se proponen", al menos en Asturias, según concluye la tesis doctoral que la farmacéutica Ana Iglesias (Oviedo, 1964) defendió el pasado viernes en la Universidad de Oviedo.
El trabajo analiza un total de 113 notas de seguridad para la adecuada prescripción de fármacos, de las 216 que la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) emitió durante el periodo comprendido entre 2003 y 2015. En concreto, se trata de las relativas a "medicamentos que se prescriben en los centros de salud y se dispensan en las farmacias de la calle", precisó Ana Iglesias.
El objetivo del estudio era "conocer qué medicamentos se habían visto afectados por estas notas de seguridad y, sobre todo, qué recomendaciones hacía la Agencia a los profesionales sanitarios para mejorar la seguridad". Asimismo, la tesis analiza "la influencia que tuvo esa información en el perfil de preinscripción, es decir, en lo que los médicos de atención primaria de Asturias recetan", explica la recién doctorada.
Se da la circunstancia de que la mayoría de las notas informativas que recoge el trabajo de Ana Iglesias se centran en el aparato locomotor (21 medicamentos afectados, en su mayoría antiinflamatorios) y en el sistema nervioso central (24 fármacos, entre los que se incluyen algunos antipsicóticos y antidepresivos). Un aspecto que Iglesias atribuye, no obstante, al hecho de que "hay grupos terapéuticos muy amplios en cuanto al número de medicamentos".
Dentro del grupo del sistema nervioso central, uno de los principales casos de estudio de la tesis se centra en una nota de seguridad sobre el Citalopram, un antidepresivo que la AEMPS recomendó en 2011 utilizar en dosis más bajas en ancianos que en población general. "A partir de la emisión de la nota, desciende el uso del fármaco, pero, sobre todo, disminuye la proporción de dosis más altas y aumenta la de las dosis más bajas, lo que refleja una perfecta adecuación a lo que recomiendan las autoridades", constata Ana Iglesias.
Por otro lado, la tesis refleja también la disminución en la prescripción de la terapia hormonal sustitutiva como "medida de prevención a largo plazo de la enfermedad cardiovascular", que hoy en día sigue utilizándose para "la prevención de fracturas debido a la osteoporosis, porque su balance beneficio-riesgo es favorable", explica la doctora.
Ana Iglesias se licenció en la especialidad de Farmacia Hospitalaria por la Universidad de Salamanca, pero, natural de Oviedo, desarrolló prácticamente toda su actividad profesional como farmacéutica de atención primaria en el área sanitaria 8, que corresponde al concejo langreano.
Aunque, actualmente, integra el equipo de Farmacia del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), su trabajo es fruto del puesto que desempeñó entre 2003 y 2015 en Langreo. "Lo que se recoge en esta tesis surge en el seno de mi labor profesional: me encargaba de recopilar las notas informativas, iba por los centros de salud, me entrevistaba con los médicos, me aseguraba de que la información les había llegado y, sobre todo, revisaba con ellos qué pacientes podían estar afectados y en cuáles era más conveniente hacer un cambio de prescripción".
La tesis, titulada "Análisis de las modificaciones de uso de los medicamentos afectados por las Notas informativas de seguridad emitidas por la AEMPS en el periodo 2003-2015 en Atención Primaria en Asturias" y dirigida por el catedrático de Farmacología de la Universidad de Oviedo Agustín Hidalgo, se convierte, así, en una especide de memoria del esfuerzo de media vida, y de lo que, para Ana Iglesias, "forma parte de mi responsabilidad como profesional sanitaria, que es la de facilitar a los médicos las condiciones adecuadas para sacar el mayor rendimiento a los fármacos que prescriben, consiguiendo realmente el beneficio de utilizar un medicamento y minimizando sus posibles riesgos".
